A diferencia de lo que suele ocurrir en esta clase de entrenamientos, en los que sólo 15 minutos son a puerta abierta, toda la sesión, que duró una hora, fue pública, contando incluso con aficionados del Sevilla, que acudieron al estadio para animar a los jugadores.
Tal vez por eso Emery dio pocas o ninguna pista en torno al once que alineará en la final de este martes. El entrenamiento constó de ejercicios con balón, rondos, carreras y un partidillo. No estuvieron Gameiro y Arribas, descartados ambos para el partido, el primero incluso públicamente por el técnico vasco.