El holgado resultado final, con parciales de 3-2, 2-1, 4-0 y 3-4, se cosechó en la abarrotada piscina Sant Jordi de Barcelona, donde el partido no tuvo mucha historia, sobre todo en la segunda mitad ya que en el primer cuarto el Barceloneta se imponía por 3-2 y al descanso marchaba 5-3.
Mientras los rusos encontraban un muro en Dani López-Pinedo, los españoles se dejaban llevar en ataque por un Chalo Echenique que, en una tremenda actuación, sacó la zurda a paseo para hacer seis goles, rompiendo definitivamente el duelo. Al final, 12-7 y primer título de Supercopa de Europa para un Barceloneta que acaba de alcanzar su techo deportivo.