Barguil reina en el Izoard y Froome deja enfilado su cuarto Tour

EUROPA PRESS 20/07/2017 18:15

La segunda y última etapa alpina prácticamente calcó el guión en el caso de los máximos aspirantes de la clasificación general y todos llegaron juntos a meta, donde Bardet logró 'rascar' una bonificación al finalizar tercero. Ahora, Froome lidera con 23 segundos de renta sobre el francés y 29 sobre Urán, el único que no atacó en el Izoard.

Este coloso montañoso era final de etapa por primera vez en la historia del Tour y el pelotón lo honró con dos grandes batallas, la del triunfo de etapa y la de los aspirantes al maillot amarillo. En la primera se impuso Barguil, que logró superar al final de la ascensión John Darwin Atapuma (UAE), dejando sin premio al escalador colombiano en el día nacional de su país.

El sudamericano era uno de los supervivientes de la numerosa escapada de 54 unidades que protagonizó el día, que llegó a rozar los ochos minutos de renta y que se fue diluyendo primero en el alto de Vars (1ª categoría) y después en el Izoard. Ninguno encontró recompensa porque Barguil rodaba con los favoritos hasta que atacó hacia otro día de gloria, dentro del Tour soñado que está viviendo.

EL SKY SE EXHIBE CON LOS ATAQUES DE LANDA Y FROOME

Por detrás, el Sky quiso cambiar el paso a sus rivales y fue Mikel Landa el que atacó a falta de cuatro kilómetros para el final. Bardet se vio obligado a contraatacar, pero no descolgó a Froome, y después fue el líder quien se lanzó al ataque, pero ninguno de esos intentos prosperó y los cuatro primeros clasificados llegaron juntos a la cima, a 20 segundos del vencedor.

De nuevo el principal damnificado fue Fabio Aru (Astana), que volvió a sufrir en la ascensión y ya pierde 1:55 respecto a Froome. Como escalador puro, el italiano tendrá difícil meterse en la batalla por el podio, que este viernes vivirá una presumible tregua en la etapa 19, un recorrido de 222,5 kilómetros entre Embrun y Salon-de-Provence con tres puertos de tercera categoría intercalados.

Para el sábado quedará la pelea decisiva, la contrarreloj de 22,5 kilómetros en Marsella que, salvo algún suceso inesperado, Froome afrontará como claro favorito al cuarto Tour de su carrera emulando los logros de 2013, 2015 y 2016.