El combinado español, a diferencia del partido con Ucrania en la primera jornada, solventó con facilidad su compromiso ante una Portugal que creó problemas en los primeros minutos del choque, hasta que la defensa española ajustó sus marcajes para secar a los atacantes lusos y lograr una renta de seis goles al descanso (13-7).
La segunda mitad fue muy cómoda para los españoles, ya que la diferencia en el marcador superó la barrera de los diez goles. Diferencia que los lusos nunca fueron capaces de recortar para dar tranquilidad al banquillo español.
España estará una vez más entre los mejores equipos del planeta en la categoría junior, la última oportunidad de estos jugadores de conseguir otra medalla para el balonmano formativo masculino español.