"Si consigo ganar en París, sería para mí un Tour perfecto. Por el momento, va más allá de mis ambiciones. Espero seguir como hasta hora. Sacaré conclusiones cuando termine la temporada y trazaré mi carrera en base a estos triunfos", explicó.
El noruego, que ya se impuso el pasado jueves, cree que no es el más rápido, aunque sí se considera "más ligero" con respecto a los otros sprinters. "No soy el esprínter más rápido en llano, frente a Kittel y Greipel, lo que sí soy es más ligero que ellos, lo cual ha podido jugar hoy a mi favor", subrayó.
El corredor de 27 años quiso restar importancia a su trabajo y alabar a sus compañeros. "He querido probar suerte, Paolini ha hecho un trabajo espléndido, al igual que Smukulis, que me ha lanzado en el pelotón. Sin ellos no habría sido tan fácil", puntualizó.
El ciclista perteneciente al equipo ruso se mostró encantado por los progresos que ha realizado en cuanto a su capacidad. "Mi entrenador dice que estoy progresando y lo cierto es que no sé cual es mi límite, me quedan varios años buenos por delante. Tengo que trabajar duro, pero que nadie espere verme ganar la general", dijo al término de la prueba.