Maurice Eckhard se toma la revancha de Pekín con un bronce en la crono

del enviado especial de EUROPA PRESS, Ramón Chamorro 05/09/2012 13:54

Se derrumbó de la emoción tras enterarse por la prensa que había sido tercero

El ciclista catalán Maurice Eckhard consiguió este miércoles la medalla de bronce en la modalidad de contrarreloj, clase C2, inaugurando el botín de preseas de la delegación nacional en este sexto día de competición de los Juegos Paralímpicos de Londres.

Tras el buen hacer en el Velódromo, donde los 'pistards' consiguieron cuatro preseas, un oro, una plata y dos bronces, había muchas esperanzas puestas en el estreno de las pruebas en carretera, cuyo escenario es el circuito de Brands Hartch, un recorrido duro y con viento.

Pero Eckhard, en sus cuartos Juegos, logró 'domar' al trazado y saborear un preciado metal, quedándose tan sólo a 43 centésimas de la plata del chino Guihua Ling, y cinco segundos y medio del campeón, el alemán Tobias Graf, firmando un sensacional final de prueba.

Además, el barcelonés cruzó la línea de meta y pasó por la zona mixta donde la prensa española le esperaba para felicitarle por el éxito, aunque el español lo desconocía, lo que le hizo derrumbarse de emoción y entre lágrimas y alegría celebrarlo con la grada donde estaban sus familiares.

Eckhard se tomó así la revancha de lo que le había sucedido en la contrarreloj de los Juegos de Pekín, donde por dos segundos se quedó sin medalla. En esta ocasión, sí pudo sonreír y celebrar un bronce por todo lo alto, después de un gran tramo final donde no sólo defendió con autoridad su tercer puesto sino que estuvo a punto de saborear la plata.

El catalán, que se entrena en Valencia, marcó el tercer mejor registro tras la primera vuelta, a dos segundos del chino, pero con tan sólo apenas tres sobre el francés Laurent Thirionet y uno más sobre el irlandés Colin Lynch. Sin embargo, su segunda vuelta fue magistral, se acercó al tiempo de su amigo Graf, y cerca estuvo de remontarle al asiático. Por detrás, sus dos rivales no pudieron mantener el ritmo y no pudieron inquietar el éxito del español.