"Nada nadie quiere ir conmigo en una fuga porque dicen que soy muy rápido, pero bueno lo que quiero es finalizar la vuelta ganando el rojo con Nairo Quintana", explicó tras la carrera el murciano, que demuestra que su objetivo sigue siendo apoyar al líder del Movistar.
Al principio de la carrera se vio a un Alejandro Valverde muy pendiente del coche del equipo e hizo dudar de un posible cambio en la estrategia del equipo español. Pero comentó que se debió tan solo a que tuvo problemas con la emisora.
"No tenía que aclarar ni estrategia ni nada porque ya la teníamos clara desde el hotel, donde habíamos hablado con los directores. Ha salido muy bien en una etapa tan corta y dura, que podría pasar cualquier cosa como así ha sido, se le ha dado un vuelco muy importante a la general, no se puede decir que la vuelta esté ganada porque quedan etapas difíciles todavía, pero bien, sabemos que puede pasar cualquier cosa, como hoy", analizó.
La etapa de Formigal de este domingo fue especialmente dura, hecho que se confirmó después de que 91 corredores se quedaran fuera de controlo, aunque más tarde fueran readmitidos. Valverde, a pesar de quedar en el 15º puesto, confirmó la dureza de la prueba. "Ha sido un día durísimo con un sufrimiento igual que ayer pero con mejor sabor de boca por las diferencias marcadas", finalizó.