Nueve veces campeones, el equipo que capitanea Yannick Noah desea poner fin a 16 años de espera para alcanzar en número de Ensaladeras a Gran Bretaña, precisamente la última verdugo de los belgas en su anterior final, la de 2015, donde no pudieron sacar partido a ser los anfitriones para entrar en el palmarés del prestigioso torneo por equipos.
Ahora, los de Johan van Herck apelarán a la experiencia adquirida en aquel duro revés para equilibrar el duelo que acogerá el impresionante Stade Pierre Mauroy y la pista dura cubierta, donde Francia, con un teórico mejor equipo también, intentará olvidar que ha perdido tres últimas finales, dos de ellas a domicilio, la última en 2014 ante la Suiza de Roger Federer y en el mismo recinto de Lille.
Noah cuenta con un buen dúo para los puntos individuales con dos 'Top 20' como el experto Jo-Wilfried Tsonga y el zurdo Lucas Pouille, 15 y 18 del mundo respectivamente, mientras que para el doble, el capitán francés ha sorprendido al dejar fuera a Nicolas Mahut y Julien Benneteau para apostar por Richard Gasquet y Pierre Hugues-Herbert.
Sin duda, un equipo de más poder que el de Bélgica, que lo fiará casi todo a su mejor hombre, un David Goffin que viene con la carga de jugar las Finales de la ATP, donde alcanzó la final tras sonadas victorias en 'indoor' sobre Roger Federer y Rafa Nadal.
El de Rocourt intentará apartar su mayor cansancio y trasladar el primer ápice de presión a los locales ya que será el encargado de abrir la final contra Pouille, al que no ha ganado en sus tres enfrentamientos, uno de ellos en 'indoor' (Metz).
Si rompe esta racha, el número uno belga dará más tranquilidad a Steve Darcis, 76 del mundo, ante Tsonga. Todo lo que sea acabar con algo positivo el viernes, permitirá alargar a los visitantes la eliminatoria hasta el domingo y con la esperanza de brillar en un doble del sábado donde la pareja francesa parece más experta y superior que la que forman Ruben Belmemans y Joris de Loore.