Hasta ese momento, el duelo entre las número dos y tres del mundo había contado con dos sets muy diferenciados. En el primero, Sharapova arrolló a con un gran tenis a su adversaria, que supo reaccionar desde el 2-2 del segundo set, sumando cuatro juegos consecutivos que le permitieron igualar la contienda.
En el último juego de esta segunda manga ya comenzaron a caer las primeras gotas sobre la pista Philippe Chatrier, lo que provocó el visible enfado de Sharapova, ya que no se suspendía el partido cuando estaba sacando. Finalmente la lluvia arreció y la suspensión fue inevitable.