El BCE insta a los países de la eurozona a consolidar sus ajustes fiscales

AGENCIA EFE 11/11/2010 16:18

En su informe mensual, la institución alegó que la reducción de los grandes déficit en que han incurrido la mayoría de estados que comparten el euro a causa de la crisis es imprescindible para devolver la confianza a la ciudadanía e impulsar un crecimiento sostenible.

"Hay una necesidad clara de reforzar la confianza ciudadana en la capacidad de los gobiernos para regresar a unas finanzas públicas sostenibles, reducir la prima de riesgo en los tipos de interés y así propulsar un crecimiento sostenible a medio plazo", aseguró la editorial del boletín.

Para ganar de nuevo a la ciudadanía, argumenta el Consejo de Gobierno del BCE, es "esencial" que los países de la eurozona ejecuten "planes de consolidación de varios años de duración" y apliquen "totalmente las medidas de consolidación" fiscal ya adoptadas.

Además, para lograr que los países de la moneda común se incorporen a la senda del crecimiento sostenible, la institución aboga por una "urgente" puesta en marcha de "reformas estructurales de largo alcance".

Especialmente necesarias son estas medidas entre los estados que han registrado "perdidas de competitividad" y "grandes déficit fiscales y externos", recalcó el BCE, aunque sin citar casos concretos.

La institución recomendó a estas naciones especialmente afectadas por la crisis que "eliminen las rigideces del mercado laboral" y que "refuercen el crecimiento productivo" de sus economías y la competitividad, particularmente en el sector servicios.

El boletín mensual reitera las críticas del BCE hacia la reforma de la disciplina fiscal en la eurozona pactada por el Consejo Europeo a finales de octubre.

El propio presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, aseguró el día que se anunció el acuerdo que no compartía parte de su contenido.

El documento reconoce que este acuerdo europeo refuerza el marco de supervisión fiscal y macroeconómico, pero "considera que las medidas no van tan lejos como estaba exigiendo el gobierno económico de la unión monetaria".

En concreto, critica el "insuficiente automatismo" en la supervisión fiscal, la falta de concreción de las estrategias para contener los ratios de endeudamiento público y la ausencia de sanciones financieras dentro del procedimiento de vigilancia macroeconómica.

El informe señala que el nuevo mecanismo de supervisión "debería concentrarse fuertemente en los países de la eurozona que están experimentando perdidas sostenidas de competitividad y "grandes déficit por cuenta corriente".

A cambio, la institución financiera europea abogó en su escrito por mecanismos "efectivos" y "transparentes" de control, y por que las advertencias sobre desequilibrios macroeconómicos y las recomendaciones de los países miembros sean totalmente "públicas".

El informe mensual incluye además una encuesta de previsiones de crecimiento para la eurozona, que un grupo de 61 expertos cifran en el 1,6 por ciento para este año, lo que supone más que triplicar la tasa de crecimiento que estos mismos economistas pronosticaron para los países del euro en agosto.

Para 2011 y 2012, el aumento del Producto Interior Bruto (PIB) en la Europa de la moneda común se situará en torno al 1,5 por ciento y el 1,7 por ciento, respectivamente, cuando en verano habían augurado un 1,4 por ciento y un 1,6 por ciento.

Con respecto a la inflación, uno de los principales indicadores que vigila y lucha por contener el BCE, el boletín mensual indica que el Índice de Precios al Consumo Armonizado (HICP) de la eurozona alcanzó en octubre el 1,9 por ciento en términos interanuales, frente al 1,8 por ciento de septiembre.

"Las expectativas de inflación continúan firmemente ancladas, en línea con el objetivo de mantener la tasa de inflación baja, pero próxima al 2 por ciento a medio plazo", indica el BCE.

Sobre los riesgos que siguen acechando a la eurozona y podrían lastrar su despegue pese al repunte de las exportaciones, el Consejo de Gobierno cita dos: la posibilidad de que se vuelvan a ahondar los problemas del sector financiero internacional y el repunte de los precios de las materias primas como el petróleo.