El FMI pide reformas en el sistema monetario internacional para evitar otra crisis

AGENCIA EFE 10/02/2011 16:54

Hizo hincapié, en ese sentido, durante una conferencia en la sede del FMI en Washington, en la existencia de largos y volátiles flujos de capitales, en las presiones sobre los tipos de cambio y en la "rápida" acumulación de reservas.

En su opinión las reformas en el sistema financiero internacional podrían "impulsar" la recuperación y aumentar la capacidad del sistema para prevenir futuras crisis.

El titular del FMI se mostró a favor el uso de la "divisa" del Fondo, los Derechos Especiales de Giro (DEG), un activo de reserva internacional cuyo valor se basa en una cesta de cuatro monedas, para una mayor estabilidad en el sistema monetario internacional.

Afirmó que un mayor uso de los SDRs podría ayudar a mitigar la volatilidad en los mercados cambiarios.

El titular del Fondo indicó, además, que el añadir divisas de países emergentes "como el yuan" a la composición de la cesta que determina el valor de los SDRs "podría ayudar al proceso de internacionalización de esas divisas.

Insistió en que esa internacionalización "ayudaría al sistema en su conjunto".

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, dijo el mes pasado que el Fondo debería de incluir las monedas de Brasil, Rusia, India y China en su canasta de valoración, integrada en la actualidad por el dólar, el euro, el yen y la libra esterlina.

El FMI afirmó en noviembre que el yuan no cumple con el requisito de moneda "libremente utilizable" para incluirla en su canasta.

Pero las declaraciones hoy de Strauss-Kahn parecen demostrar que el Fondo está abierto a estudiar más detenidamente esa posibilidad.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó recientemente que como presidente de turno del G-20, que incluye a las principales economías desarrolladas y emergentes, quería ampliar el papel de los Derechos Especiales de Giro.

Sarkozy invitó recientemente al Fondo a estudiar los pasos necesarios para incluir al yuan en su canasta de valoración, una estrategia que en su opinión ayudaría a dar más estabilidad a la economía global y animaría a China a permitir una mayor apreciación del yuan.

Tanto el FMI como EE.UU. han insistido en que el yuan está "sustancialmente infravalorado".

Como parte de su respuesta a la crisis, el FMI inyectó en agosto del 2009 unos 250.000 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro en los bancos centrales de todo el mundo para potenciar sus reservas de divisas y aumentar la liquidez en el sistema financiero.

Strauss-Kahn se refirió durante la conferencia a un informe publicado este jueves por el FMI, que señala que el aumentar las reservas globales de DEG podría ayudar a satisfacer la demanda de los países de reservas de precaución.

El titular del FMI también indicó que las emisiones de bonos denominados en SDRs también podría crear una nueva clase de activos de reserva.

Reconoció, de todos modos, que hay una serie de "obstáculos técnicos" para avanzar en esa dirección.

Mencionó que entre esos escollos figura el de determinar cómo asegurar que las emisiones de DEG se usan de una forma consistente con la estabilidad macroeconómica global y cómo permitir la negociación de activos denominados en Derechos Especiales de Giro.

Destacó, además, que el aumentar el papel de los DEG requeriría "claramente" un gran paso adelante en la coordinación internacional.

"Por ese motivo espero que el sistema global de activos de reserva evolucione solo gradualmente y junto con cambios en la economía global".

La composición de la cesta en la que se basa el valor de los DEG se somete a la revisión del Directorio Ejecutivo del FMI cada cinco años con el fin de que refleje la importancia relativa de cada moneda en los sistemas comerciales y financieros mundiales.

Durante la última revisión en noviembre pasado, el Fondo rebajó el peso del dólar hasta el 41,9 por ciento, comparado con el 44 por ciento que tenía desde el 2005.

El peso del yen cayó al 9,4 por ciento, desde el 11 por ciento, mientras que el del euro subió al 37,4 por ciento, desde el 34 por ciento.

Teresa Bouza