"Los trabajadores ven con incertidumbre su futuro, el escenario es bastante negro", señalan desde los sindicatos.
Fuensanta tiene a 45 trabajadores en el concejo asturiano de Nava, mientras que Inbesa tiene a 25 operarios en la planta de Meres, en Siero. Ahora será nombrado un administrador concursal que estudiará la viabilidad de las sociedades.
Según las citadas fuentes, el problema que tenían las compañías era de "deuda financiera" y no de explotación. Buena parte de esa deuda era a corto plazo, lo que propició el mal escenario.
Durante este tiempo, según sus informaciones, las empresas han estando trabajando en la vía de la refinanciación de esa deuda, sin que finalmente obtuviesen éxito. "La mayoría de Fuensanta está en manos de Banesto, ahora Banco Santander; si ni el accionista mayoritario inyecta dinero, difícilmente se puede convencer a otras entidades financieras...", señalan.
Los trabajadores de oficina y administración de estas empresas han visto cómo se les ha bajado estos meses atrás un 15% sus salarios. Mientras, en Fuensanta, vienen sufriendo un expediente de regulación de empleo (ERE), con el sueldo congelado desde 2010 y con la consiguiente pérdida económica. "También se les adeudan dos nóminas", afirman los sindicatos.