"La liberalización será un proceso muy progresivo, donde queremos que el operador público Renfe sea potente y competitivo, y que puedan entrar otros operadores, pero finalmente es el Gobierno el que determinará cuántos operadoras podrá haber", explicó Pastor.
En declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Europa Press, la titular de Fomento rechazó que dicho proceso liberalizador vaya a suponer una privatización del servicio de Cercanías.
Según reiteró, el Gobierno estudia ceder en concesión la explotación de estas redes de transporte, "como han hecho otros países europeos". No obstante, añadió que su Departamento está "trabajando en el modelo y no hay una decisión tomada".
En todo caso, aseguró que todo ello se abordará "garantizando el servicio público de este transporte en tren y la financiación del Estado".
En virtud de la reforma ferroviaria aprobada el pasado año por el Gobierno, el transporte de viajeros en tren comenzará a abrirse a la competencia el 31 de julio de este año.
No obstante, en un principio esta competencia arrancará en la explotación de los trenes turísticos que Renfe heredó de la extinta Feve (el Transcantábrico, el Al Andalus y el Expreso de la Roda).
La entrada de empresas privadas a explotar servicios AVE y Larga Distancia se abordará en una segunda fase, para la que no se ha determinado una fecha. Las empresas privadas tendrán que pujar por alguno de los "títulos habilitantes" que el Gobierno sacará a concurso a través de un proceso "público y competitivo".
Para una tercera fase de la liberalización se dejan los trenes de Media Distancia convencional (regionales) y las Cercanías, las conexiones ferroviarias consideradas de servicio público.