Holanda también se replantea volver a construir nuevas plantas nucleares

ESTEBAN MARTÍNEZ-MURGA 25/06/2009 15:39

Como ocurre en otros países europeos, eso podría cambiar pronto. Hoy el principal dueño de la planta nuclear de Borssele, la compañía Delta, ha anunciado que iniciará el procedimiento para construir una segunda central muy cerca de la primera, que empezaría a operar a partir de 2018.

La presión de la opinión pública llevó al gobierno holandés a decretar que, durante su mandato, no daría permiso para construir nuevas centrales nucleares. Pero ese mandato acaba en 2011 y Delta confía en que un nuevo gabinete sí dé el visto bueno definitivo a sus planes.

"La energía nuclear se ha convertido en un tema que puede ser discutido de nuevo en los Países Bajos", ha dicho en una conferencia de prensa el director ejecutivo de Delta, Peter Boerma.

Una opinión que sustenta en una mayor aceptación por parte de la opinión pública de las ventajas medioambientales de la energía atómica, tras décadas de inmovilismo.

A comienzos de los años 60, en el país se descubrieron enormes reservas de gas natural. Holanda se volcó en la producción de centrales térmicas de gas. Este hecho, junto al impacto que causó en la población el accidente de Chernobyl, provocó el rechazo de la ciudadanía y de la clase política a incrementar sus infraestructuras nucleares.

Hoy los campos de gas natural están agotándose. Algo que ha ayudado también al cambio de mentalidad.

Los holandeses consumen unos 6.500 kilovatios/hora cada año . El gas natural es la principal fuente energética de los Países Bajos, seguida del carbón y la biomasa. Pero Holanda necesita seguir importando electricidad de su vecina Alemania.

La actual planta nuclear de Borssele, que comenzó su andadura comercial en 1973, tiene permiso para permanecer en funcionamiento hasta el año 2033. Pero para eso, los dueños del reactor, Delta y Essent, se comprometieron con el gobierno a mantener unos altísimos estándares de seguridad, además de invertir 250 millones de euros en energías verdes.

A las puertas de las oficinas de Delta se han concentrado hoy cientos de manifestantes antinucleares para protestar contra el renovado empuje de la energía atómica en el país. La protesta, organizada por Greenpeace, ha recreado una especie de vertedero de residuos nucleares para evidenciar el gran problema que acarrea esta fuente energética: qué hacer con los residuos nucleares, altamente peligrosos, durante siglos.