En concreto se han colocado 599 millones a 10 años con una rentabilidad media del 6,71% (frente 6,80% que tuvo que pagar en noviembre) y con una demanda tres veces mayor a la oferta.
Sin embargo, también ha vendido 650 millones a tres años a un interés del 5,396%, desde el 4,041% de la anterior subasta.
Tras conocerse el resultado de la subasta lusa, la prima de riesgo de los países de la periferia del euro se moderaba y en el caso de Portugal se situaba en 408,7 puntos básicos, mientras que el diferencial de la deuda española se mantenía en 250 puntos básicos.
La emisión era una prueba clave para medir la capacidad del país de continuar captando financiamiento en los mercados de deuda.
"Es muy importante (la subasta), va a definir el escenario", había asegurado horas antes de la subasta Diego Iscaro, un economista de IHS-Global Insight en Londres, quien pronostica que Portugal necesitará de un rescate antes de que termine el primer trimestre.
Los economistas dicen que el tema clave sobre el momento de un posible rescate para Portugal es cuánto tanto tiempo puede el país financiarse por sí mismo a las altas tasas actuales.
Otra consideración es la gran amortización de un bono que vence en abril por 4.500 millones de euros, que podría generar preocupaciones en el mercado.
La prima de las tasas de interés sobre los bonos portugueses respecto a los de referencia alemanes bajó el lunes después de que el BCE interviniera para comprar bonos del Gobierno de Lisboa en el mercado secundario. EPF