La subasta de hoy, con la que el Tesoro pretendía captar entre 2.000 y 3.000 millones, atrajo mucho interés de los inversores, que solicitaron 7.721,62 millones de euros, lo que supone dos veces y media el importe finalmente adjudicado.
"Ese ratio de cobertura quiere decir que existe un claro apetito por los bonos españoles, lo que es una buena noticia, sobre todo teniendo en cuenta los peores resultados de la subasta anterior", señaló hoy en declaraciones a Efe la analista de Ahorro Corporación María Luisa Álvarez.
De hecho, en la colocación previa de obligaciones a 15 años, celebrada el pasado 22 de abril (en plena ola de tensión de los mercados europeos tras el incremento del déficit público de Grecia), la demanda fue de sólo 3.772,01 millones de euros, 1,79 veces más que los 2.103,81 millones finalmente adjudicados por el Tesoro.
El respaldo de los inversores sirvió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para considerar que la emisión de hoy "ha salido bien", a lo que ha ayudado también, en opinión de Álvarez, el hecho de que las aguas hayan vuelto a una cierta calma en el sector financiero, que ha estado sometido a fuertes convulsiones por las dudas sobre su solvencia.
No obstante, el rendimiento que tiene que ofrecer el Estado para captar la atención de los compradores sigue en aumento, como demuestra el hecho de que el interés marginal ofrecido para las obligaciones a 15 años sea el más alto desde 2000.
"Cuanta más rentabilidad se ofrezca, más le cuesta al Estado financiarse, pero lo preocupante es que no hubiera demanda", insistió la analista de Ahorro Corporación, que mostró su confianza en que la publicación de los test de resistencia de la banca española contribuirán a suavizar la tensión y a que los inversores dejen de castigar a España.
Tras conocerse los resultados de la subasta, ya se notó el alivio de la presión sobre la deuda española, cuya rentabilidad registró un importante descenso y se colocó en el 4,617% al cierre de la sesión para los bonos a 10 años, los de referencia a largo plazo.
Eso permitió que el diferencial con los títulos de deuda alemana a largo plazo se desplomara hasta 197 puntos básicos, tras haberse abierto ayer por el susto que supuso el anuncio de dependencia de la banca española de la financiación del Banco Central Europeo (BCE), explicó el analista de CM Capital Markets Julián Benavente.
En cualquier caso, el coste de financiación del Estado se ha incrementado considerablemente desde que estalló la crisis griega y desde que a finales de abril la agencia Standard & Poors volvió a rebajar la calificación de la deuda a largo plazo de España.
Durante el mes de julio ha tenido lugar sólo una subasta, de bonos a cinco años, en la que se colocaron 3.500 millones con un interés marginal del 3,727%, ligeramente superior al 3,580% de la anterior.
La subasta de hoy es la primera que lleva a cabo el Tesoro después de que la agencia de medición de riesgos Moody's pusiera en vigilancia la calificación de la deuda española, ante una posible rebaja, por el deterioro de sus perspectivas de crecimiento económico a corto y medio plazo.
El Tesoro, que todavía tiene que celebrar varias subastas de letras a tres, seis, 12 y 18 meses en lo que queda de julio, afronta este mes el vencimiento de deuda pública por valor de 24.700 millones de euros, lo que también suele ser determinante para que los inversores exijan un mayor rendimiento en las nuevas colocaciones.