La UE y el FMI intensifican los contactos con Dublín para un eventual rescate

AGENCIA EFE 17/11/2010 06:30

Los socios de la zona euro, ayer, y los de la UE hoy, incluido el Reino Unido, se declararon dispuestos a acudir en ayuda de Irlanda, donde las dificultades del sector bancario pueden llevar al Estado a la suspensión de pagos.

El Reino Unido, aunque no participa en el euro, formalizó hoy su disposición a contribuir a un eventual rescate de Irlanda por parte de sus socios y del FMI.

"Está en el interés nacional británico que la economía irlandesa tenga éxito y contemos con un sistema bancario estable. Así que el Reino Unido permanece listo para apoyar a Irlanda en los pasos que necesite para lograr esa estabilidad", dijo el titular británico de Finanzas, George Osborne, en el marco de la reunión de ministros europeos en la que se trató el caso de Irlanda.

Osborne evitó explicar cómo se articularía la ayuda del Reino Unido que está llamado a jugar un papel clave en el hipotético rescate por razones históricas y debido a la alta exposición de su sector financiero a los problemas de Irlanda.

Mientras, Dublín sigue resistiéndose a solicitar la ayuda de sus socios, pese a los reiterados llamamientos en este sentido, ante el peligro de contagio de la crisis de la deuda soberana a otros países de la región como Portugal.

El primer ministro irlandés, Brian Cowen, aseguró hoy ante el Parlamento de su país que no abordará la cuestión del rescate financiero con la misión técnica que la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo enviarán mañana a Dublín.

Su ministro de Finanzas, Brian Lenihan, llegó a decir hoy que el sistema bancario irlandés no atraviesa "dificultades graves" y atribuyó la crisis económica a la falta de "normalización" en los mercados internacionales.

Sin embargo, desde Bruselas, la Comisión Europea ofreció algunos detalles más sobre cómo se articulará la preparación del eventual rescate a partir de mañana, fecha en la que se "intensificarán" los contactos ya en curso, según el Ejecutivo comunitario.

La misión centrará sus negociaciones en dos aspectos: el saneamiento fiscal y la reestructuración del sistema bancario.

La primera parte estará centrada en el presupuesto de 2011 y el plan fiscal plurianual para los próximos cuatro años, que Irlanda debe presentar en las próximas semanas, con el objetivo de lograr una reducción del déficit al 3% del PIB en 2014.

"La segunda parte consiste en las necesidades de reestructuración del sector bancario. Veremos cuáles son las necesidades reales y los mejores medios para lograr un sector bancario viable en Irlanda", explicó hoy el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn.

Aunque es pronto para determinar la factura final del rescate, Dublín ha cifrado las necesidades de financiación de su sector bancario en un máximo de 50.000 millones de euros, lo que elevará la cifra de déficit público del país hasta el 32% del PIB en 2010.

Algunas fuentes elevaban el rescate final del país hasta los 100.000 millones de euros, aunque los ministros consultados consideraron que es pronto para precisar cifras.

En todo caso, cualquier ayuda financiera internacional para socorrer al sector bancario irlandés deberá ser concedido al Gobierno de Dublín en el marco de un programa global y estar sujeto a las condiciones que se pacten con los acreedores.

El comisario Rehn hizo esta aclaración para poner fin a la especulación sobre la posibilidad de que Irlanda haga uso de la ayuda europea para reestructurar su sector bancario pero sin ajustes fiscales adicionales.

"Por supuesto, en este tipo de programas siempre tienes condiciones fiscales y económicas", explicó Rehn.

La ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, consideró por su parte que "España no está directamente afectada" por la crisis en Irlanda, aunque reconoció que "una volatilidad excesiva en los mercados de deuda pública no beneficia a nadie".

Salgado explicó que, a diferencia del caso de Grecia, el eventual rescate de Irlanda no requerirá que España preste dinero al país, pues la aportación española se articularía mediante los avales que ya están previstos en el fondo de rescate aprobado la pasada primavera para evitar el contagio de la crisis griega.