El parqué neoyorquino cerró con resultados mixtos, de tal forma que el índice Dow Jones de Industriales selló la sesión con un ascenso del 0,16%, el selectivo S&P 500 se mantuvo sin cambios y el índice compuesto del mercado Nasdaq bajó un 0,48%.
Esa falta de tendencia clara se produjo un día en que los senadores de Estados Unidos decidían si aprobaban el inicio del debate sobre la extensión de los recortes tributarios hasta 2012, un paquete de medidas que se someterá a votación definitiva en el Senado mañana o el miércoles.
Los inversores miraban de cerca el proceso de aprobación de un plan que supone la ampliación de dos años de los recortes tributarios para todos los estadounidenses, por 13 meses de los subsidios de desempleo y un recorte a los impuestos a la nómina laboral de las empresas.
Esos debates mantuvieron la inquietud en el mercado neoyorquino, que se vio reforzada por la amenaza de la agencia de calificación Moody's de revisar la calificación de la deuda de EE.UU..
Moody's amenazó que revisaría como "negativa" la perspectiva de la calificación que confiere a la deuda pública estadounidense si finalmente se aprueba la ampliación de las rebajas fiscales y las ayudas al desempleo por parte del Congreso de este país.
Hasta ahora, la calificación que esta agencia otorga a la deuda de la primera potencia mundial es la máxima en su escala (Aaa), lo que la coloca como una de las inversiones más seguras del mundo, y la perspectiva que le confiere es "estable", lo que quiere decir que no prevé cambios en un plazo de 12 o 18 meses.
Sin embargo, si Moody's rebaja su perspectiva de "estable" y "negativa", quiere decir que la calificación Aaa sería susceptible de ser recortada en ese mismo plazo de tiempo.
Esas noticias borraron el ánimo comprador de la mañana en Wall Street, que se había visto impulsado gracias a la decisión del Banco Popular de China de no elevar los tipos de interés a pesar del repunte de la inflación.
Wall Street había recibido con alivio esa noticia, que de haberse producido habría levantado las dudas sobre una posible ralentización del crecimiento en China.
Los inversores habían estado rumoreando que el gigante asiático tomaría esa medida de política monetaria restrictiva después de que el viernes su banco central elevase en 50 puntos básicos el coeficiente de caja de los bancos chinos para controlar la presión inflacionista.
Esta jornada, falta de datos macroeconómicos de relevancia en el país, los inversores centraron sus miradas en las noticias procedentes del sector empresarial.
El conglomerado financiero e industrial estadounidense General Electric, que cerró la sesión con un descenso del 0,56%, ofreció 1.300 millones de dólares por la empresa británica Wellstream Holdings.
Por su parte la informática estadounidense Dell, que cedió este lunes un 3,85%, anunció la compra de la firma de almacenamiento de datos Compellent Technologies en una operación valorada en 960 millones de dólares.
También se conoció esta primera jornada de la semana que el fabricante estadounidense de instrumentos científicos Thermo Fisher Scientific se hará con la empresa Dionex por 2.100 millones de dólares. Ambas compañías cerraron la sesión con sendos ascensos del 4,75% y el 20,02%, respectivamente.
En otros mercados el oro subió hasta los 1.398 dólares la onza, el petróleo también ascendió y lo hizo hasta los 88,61 dólares por barril, el dólar se debilitó -y por un euro se pagaban 1,3392 dólares, y la rentabilidad de la deuda a diez años bajaba al 3,28%.