Zoellick insta a Oriente Medio a superar la era de las oligarquías y los oligopolios

AGENCIA EFE 06/04/2011 19:22

"Si los gobiernos abren el camino a las oportunidades en el sector privado, si avanzan más allá de las oligarquías y los oligopolios, aprovechan la energía de sus sociedades y respetan las elecciones del público, se puede hacer mucho", afirmó el responsable del Banco Mundial (BM) en un discurso en Washington.

Añadió que ningún país puede cumplir su potencial si ignora a la mitad de su población, las mujeres y niñas.

"El mensaje a nuestros clientes, independientemente de sus sistemas políticos, es que no pueden tener éxito en el desarrollo sin un buen gobierno y la participación de sus ciudadanos", insistió.

Mencionó que el Banco Mundial planea animar a los gobiernos a ser más abiertos, a aprobar leyes de libertad de prensa, abrir sus procesos presupuestarios y de adquisiciones públicas, llevar a cabo auditorías independientes y reformar los sistemas de justicia.

Se refirió también al papel de los organismos multilaterales como el Banco Mundial y dijo que estos deben evolucionar con los tiempos.

Recordó que el Banco Mundial vio la luz en 1944 como una iniciativa de varios gobiernos y con el fin de prestar a otros gobiernos.

En 1956 la institución dio otro paso adelante con la creación de la Corporación Financiera Internacional, cuyo objetivo es invertir en el sector privado.

Ahora, dijo Zoellick, podría ser el momento para que el BM invierta en el sector privado sin ánimo de lucro, en la sociedad civil.

El objetivo, dijo, es mejorar la capacidad de las organizaciones que trabajan en temas como la transparencia, la responsabilidad de los organismos públicos y la entrega de servicios.

Destacó, por otro lado, que Oriente Medio necesitará crear 40 millones de puestos de trabajo en la próxima década y se refirió al desempleo como uno de los grandes desafíos a largo plazo de la región.

"Los regímenes de Oriente Medio han tratado de tapar el problema del desempleo con una mezcla de represión política, trabajos en el sector público y subvenciones a los alimentos, el combustible y otras necesidades", dijo Zoellick.

Esos recursos, explicó, permitieron a los regímenes de la zona ganar algo de tiempo pero nada más que eso.

Insistió en que esas medidas resultaron "caras e ineficaces" y sirvieron para alimentar el nepotismo, pero no las necesidades de la gente, así como para fomentar el amiguismo, pero no la competitividad, y la corrupción, pero no el capitalismo.

Sacó a colación, en ese sentido, las cifras de la Organización Internacional del Trabajo que calcula que la tasa de desempleo para los jóvenes de entre 15 y 24 años en Oriente Medio es del 25 por ciento.

En algunos países como Egipto y Jordania, dijo, el desempleo entre las mujeres jóvenes es del 40 por ciento.

Según las cifras del Banco Mundial el coste del desempleo juvenil en el mundo árabe se estima en hasta 50.000 millones de dólares anuales (cerca de 35.000 millones de euros).

Las recientes revueltas populares en la zona hacen, dijo Zoellick, que los gobiernos de Oriente Medio se topen ahora con unas "enormes expectativas" entre sus habitantes más jóvenes.

"Quieren trabajos ahora", explicó el responsable del BM, quien señaló que la falta de actuación acarrea riesgos, al igual que lo hace el optar por las medidas equivocadas.

"La reforma de las políticas será tan importante como el dinero", aseguró.

Subrayó, de todos modos, que esas reformas deberán estar respaldadas por un proceso amplio de consultas que tenga en cuenta también al segmento más joven de la población.

Las reformas, además, "deben de ser transparentes y rápidas".

Afirmó que a corto plazo la región necesitará impulsar proyectos que generen un gran número de puestos de trabajo, así como reducir un sector público inflado.

Para crear trabajos, aumentar la productividad y mejorar su integración en la economía global, los países deberán estar abiertos a importar conocimiento, tecnologías y sistemas de manufactura y logísticos.

"Hay muchas vías hacia la prosperidad, pero hay que optar por una. La inacción no conduce a ninguna parte", insistió Zoellick.