El presidente de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores Aecoc, Francisco Javier Campo, ha constatado que la subida del IVA, en vigor desde septiembre de 2012, ha tenido un "impacto peor de lo que se podía estimar en un principio", por la fuerte caída que ha ocasionado de las rentas minoristas.
En la asamblea general de la asociación celebrada este martes y a la que han asistido unos 150 empresarios, Campo ha cifrado en un 2,7% la caída de las rentas minoristas en 2011 y de un 5% en 2012, una cifra que alcanzó el 10,2% en enero de este año.
"Nunca la caída había llegado a un 10% ni en los peores meses de 2009. Es el peor momento de la crisis desde el punto de vista del gran consumo y la distribución", ha asegurado Campo, quien a la subida del IVA también ha añadido el impacto que ha tenido la pérdida del poder adquisitivo de los funcionarios por la reducción salarial.
Las consecuencias de todo ello ha sido que "la confianza del consumidor esté bajo mínimos, el precio se ha convertido en el principal argumento de compra y el consumo se ha contraído fuertemente", por lo que ha abogado por reducir el déficit público, pero sin debilitar el consumo de los hogares porque las consecuencias, ha dicho, son más negativas de las que se estimaron inicialmente.
"La amenaza más importante de la economía española es el debilitamiento del consumo de la sociedad", ha argumentado, por lo que, a su juicio, el crecimiento pasa por reformas estructurales en todos los ámbitos, desde la educación a la energía, si bien se ha centrado en la necesidad de reducir la prima de riesgo y en mejorar la competitividad y productividad de las empresas españolas para salir de la crisis.
"Reducir la prima de riesgo es condición 'sine qua non'. No podemos salir de la crisis si la prima de riesgo sigue a estos niveles porque significa poco crédito y dificultades para financiar proyectos rentables", ha sostenido, a la vez que ha indicado que cuando la prima de riesgo sube, baja el valor de los activos.
"TODAS LAS REFORMAS NECESARIAS"
Ha urgido a hacer todas las reformas necesarias para bajar la prima de riesgo, ya que España ha perdido, según ha dicho, una década de crecimiento, y el aumento de la deuda pública está penalizando el potencial de crecimiento; también ha destacado la reforma financiera, "que parece ser la buena", y la necesidad de mejorar el déficit comercial y la balanza de pagos.
Ha señalado que la reforma laboral no se hizo con el objetivo de crear empleo a corto plazo, sino con el de que las empresas fueran más competitivas y productivas, algo que está siendo un "éxito", si bien la productividad española está forzada por un nivel de desempleo exagerado, ha dicho.
"Los deberes se están haciendo y ahora es obligación de las empresas ser capaces de aumentar las exportaciones y de encontrar nuevos mercados y canales, porque ahora sí que estamos en condiciones de ser competitivos", concluyó.