En la orden se hace un reparto de las cuotas de manera individual por barco y se establece una gestión de las mismas también individual, dejando abierta la posibilidad de una gestión colectiva para un grupo de barcos por las entidades asociativas que así lo soliciten.
De este modo, se da respuesta a una demanda del sector, y se equipara esta modalidad a otras de los caladeros nacionales y de aguas comunitarias que ya tienen un reparto individual. También se establece un sistema de transferencias tanto temporales como definitivas.
La nueva normativa dota a esta modalidad de un sistema de reparto y gestión de cuotas, que permite a cada armador o grupo de armadores una mejor planificación de la actividad empresarial, adaptando la misma tanto al estado biológico de los recursos como a las condiciones y precios del mercado.