El Ejecutivo comunitario ha concluido en su investigación que la adquisición no supone problemas de competencia porque ambas compañías tienen posiciones combinadas de mercado "limitadas" en el Espacio Económico Europeo, hay competidores "fuertes" en todos los países relevantes y existen posibilidades para otras empresas de entrar en el sector y expandirse.
Bruselas ha evaluado la adquisición mediante el procedimientos simplificado de fusiones, que está reservado a los casos menos problemáticos.