El pago de la ayuda está condicionado al cumplimiento por parte del Gobierno de Kiev de una serie de condiciones en materia de gestión de las finanzas públicas, lucha contra la corrupción, intercambios comerciales, reforma tributaria, del sector financiero y de la energía, así como de la prestación de ayudas sociales a los más desfavorecidos.
"Este nuevo programa aportará a las autoridades ucranianas la ayuda que tanto necesitan para cubrir sus necesidades de financiación. Con el resto de medidas de asistencia financiera a largo plazo (que según la propuesta de Bruselas ascenderán en total a 11.000 millones de euros), es un signo tangible del apoyo de la UE al pueblo ucraniano en la difícil situación que vive", ha dicho Kallas en un comunicado.
El nuevo programa de 1.000 millones de euros se pondrá en marcha paralelamente al anterior rescate de 610 millones aprobado en 2010, pero cuyos fondos nunca llegaron a desembolsarse porque el anterior Gobierno ucraniano no respetó las condiciones impuestas.