Empleo precario. Una enfermedad de la que no nos desprendemos en España. Los últimos datos lo demuestran. El 37,2 % de los contratos de empleo firmados en el primer trimestre de este 2019 tuvo una duración igual o inferior a un mes, algo más de 1,9 millones de contratos del total de 5,1 millones suscritos entre enero y marzo, según los últimos datos publicados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Entre los contratos más comunes durante este período han vuelto a ser los que no duran más de siete días. Suponen nada menos que el 25,9% y han sido nada menos que 1,3 millones los que se han firmado en los últimos 90 días. Y eso pese a recargo que conlleva hacer este tipo de contratos desde el 1 de enero. En los últimos cinco años este tipo de contratos ha subido tres puntos.
Para hacerse una idea del mercado laboral en el que nos encontramos y quién genera puestos de trabajo hay que saber que casi la mitad de la contratación total del mes de marzo (el 48,5%) la realizaron micropymes y pymes de entre 1 y 25 empleados, en tanto que siete de cada diez contratos se encuadraron en el sector servicios, principalmente en las actividades de la hostelería, el comercio y el transporte. Estos son sectores donde la temporalidad es una constante.
En un informe publicado recientemente por el sindicato CCOO se concluye que de los 11 millones de contratos indefinidos realizados entre 2012 y 2018, 3,4 millones no llegaron al año de duración y solo 7,6 millones superaron el año. Según el estudio, a finales del 2018 solo se mantenía el 63% de los contratos indefinidos firmados ese mismo año y el 50% de los firmados en el 2017, lo que significa que la mitad de los contratos indefinidos no sigue activo dos años después de ser firmado. Es la lacra de una temporalidad que no cesa y que remite a un drama: en España contratan las pequeñas pymes en sectores donde la temporalidad es clave.