En 2013, la Agencia registró un total de 19,2 millones de liquidaciones de este impuesto y sólo 4.553 con unos rendimientos del trabajo por encima de los 600.000 euros.
De hecho, la mayor parte de los contribuyentes (4,8 millones) declaró unos rendimientos de entre 12.000 y 21.000 euros, mientras que 1,2 millones de liquidaciones se situaron en el tramo más bajo, entre 0 y 1.500 euros para todo el año.
Además, 2,7 millones declararon entre 1.500 y 6.000 euros en rentas del trabajo y 3,6 millones entre 6.000 y 12.000 euros. En total el 64,04% de las liquidaciones de IRPF del año 2013 se correspondía con rentas del trabajo de hasta 21.000 euros.
A partir de esa franja, el número de liquidaciones empieza a descender, con casi 3 millones en el tramo de entre 21.000 y 30.000 euros y 2,8 millones entre 30.000 y 60.000 euros.
Sólo 533.083 contribuyentes declararon rentas del trabajo de entre 60.000 y 150.000 euros al año y la cifra cae a 58.571 para el tramo de entre 150.000 y 600.000 euros. Menos de 5.000 contribuyentes declararon rentas superiores a los 600.000 euros, el 0,02% del total.
En cualquier caso, la Agencia Tributaria tramitó 19,2 millones de declaraciones, un 0,9% menos que en 2012. Del total, 17,3 millones fueron por rentas del trabajo y 1,6 millones por rentas de estimación directa.