España envejece a ritmo de récord con las pensiones en el alero

  • La tasa de envejecimiento sube en proporciones históricas hasta los 125,75 mayores de 64 por cada 100 menores de 16

  • Las comunidades más envejecidas, Asturias, Galicia y Castilla y Leó

  • Sólo Murcia, Ceuta y Melilla tienen más menores de 16 que mayores de 64

Los últimos datos que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha hecho públicos sobre envejecimiento en nuestro país reflejan una vez más una tendencia calificada como imparable por todos los expertos y por las estadísticas: España envejece cada vez a un mayor ritmo. Nuestro país ha vuelto a registrar un máximo histórico en el índice de envejecimiento: el 125,75%; lo que quiere decir que ya se contabilizan 125,75 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16.

El incremento de casi tres puntos desde el 122,88% de 2019 al 125,75% actual es, además, el mayor de la serie histórica desde el año 2001 (cuando subió del 103,33% al 106,48%); y en términos porcentuales supone un incremento del 2,4% anual, el más elevado desde 2014.

Estos números contrastan con las de hace poco más de tres décadas, cuando nuestro país era aún joven: por ejemplo, en 1985 el índice de envejecimiento se situaba en 46,74% (se contabilizaban algo menos de 47 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16) y en 1990 en el 60,96% (casi 61 mayores de 64 por cada 100 menores de 16).

Fue a partir del año 2000 cuando nuestro país comenzó a presentar una mayor proporción de personas mayores que de jóvenes; y, por tanto, a ser una sociedad envejecida. España presentó por primera vez ese año un índice de envejecimiento superior al 100% (103,33% frente al 99,88% de 1999), que ha ido aumentando cada año (excepto entre 2004 y 2009).

Comunidades autónomas

Si se tienen en cuenta los datos del INE por autonomías, las que vuelven a liderar este ranking de envejecimiento en nuestro país son Asturias, con un índice del 224,57% (224 mayores por cada 100 menores de 16); seguida de Galicia (202,27%) y Castilla León (201,03%). Son las tres comunidades que ya presentan más del doble de población mayor 64 años que menor de 16 años.

Las siguen Cantabria (159,29%), País Vasco (154,01%), Aragón (145,47%), Extremadura (144,29%), La Rioja (138,29%), por encima de la media nacional. Por debajo de la media del país pero con más mayores de 64 que jóvenes menores de 16 se sitúan la Comunidad Valenciana (125,22%), Navarra (121,58%), Canarias y Castilla-La Mancha (119,17%), Cataluña (117,54%), Madrid (110,83%), Andalucía (104,19%) y Baleares (102,19%).

En el extremo opuesto, tan sólo Ceuta (58,38%), Melilla (44,56%) y Murcia (87,86%) tienen todavía índices por debajo de 100%, es decir, una mayor proporción de jóvenes que de mayores.

Las causas

¿Y cuáles son las causas de este crecimiento generalizado del envejecimiento de la población en España? Por un lado, la disminución de la tasa de natalidad; y por otro el aumento de la esperanza de vida son los principales responsables que explican la imparable tendencia.

La tasa de natalidad en España sigue cayendo y en 2019 volvió a descender hasta el 7,62‰ (7,6 nacimientos por cada 1.000 habitantes), según los últimos datos relativos a ese año que el INE ha publicado el pasado mes de diciembre. Asimismo, el número de nacimientos en 2019 (360.617) fue el más bajo desde 1941, cuando nuestro país se encontraba en plena una posguerra. Y las proyecciones estadísticas del INE prevén que continúe disminuyendo hasta 2027.

Por su parte, la esperanza de vida continúa aumentando y según los datos del INE alcanzó su máximo histórico en 2019 (último publicado), con 83,53 años. El efecto de la pandemia del Covid-19 se refleja en una disminución coyuntural de la esperanza de vida en 2020, que se estima que bajaría en 0,9 años para los hombres y en 0,8 años para las mujeres. Pero este descenso se recuperaría en 2021, según las proyecciones del INE.

Consecuencias

Una de las claras consecuencias del envejecimiento de la población española, aunque no la única, es el reto que supone para la sostenibilidad del sistema actual de pensiones.

La relación cotizante-pensionista es de 1,97 cuando se considera una ecuación sostenible a partir de 2,5. Se calcula que en 2035 los mayores de 65 años supondrán más de una cuarta parte de la población (26,5%), frente al 19,6% actual. De mantenerse la tendencia demográfica actual, el grupo de edad más numeroso a 1 de enero de 2020, que eran los nacidos en los años 1970-1979 (es decir, las personas entre 40 y 49 años), lo seguiría siendo en 2050 (con edades entre 70 y 79 años). El porcentaje de población mayor de 65 años alcanzaría un máximo del 31,4% en torno a 2050.

A partir del momento (entre los años 2024 y 2042) en que empiecen a jubilarse en masa los trabajadores de la generación babyboomer (nacidos entre 1958 y 1977), una población activa sensiblemente más reducida deberá soportar el coste de las pensiones y la atención sociosanitaria de los mayores.

Pero este envejecimiento de la población también traerá según los expertos cambios en los hábitos de consumo; en las características de las ciudades, el mercado de trabajo y las empresas; afecta a la productividad, a la inversión, al ahorro; incluso a los tipos de interés y al precio de la vivienda.