En una entrevista con el rotativo canadiense, Marchionne declaró que "estamos preparados para marcharnos. No tengo ninguna duda. No nos podemos comprometer con esta organización a menos que veamos luz al final del túnel".
Marchionne añadió que Chrysler está técnicamente en bancarrota y no tiene riqueza que distribuir por lo que las demandas de los trabajadores de mantener compromisos históricos "es una discusión disparatada".
El directivo italiano-canadiense cifró en "50-50" las posibilidades de que la alianza acordada entre Fiat y Chrysler se concrete y añadió que los trabajadores canadienses parecen haber adoptado una posición más rígida en las negociaciones sobre las reducciones de costes.
"El diálogo no está sincronizado. Creo que necesitan ver el estado en el que está el sector", explicó Marchionne.
En los últimos días, Chrysler Canadá y el sindicato Canadian Auto Workers (CAW) han sido incapaces de llegar a un acuerdo para reducir costes.
La empresa quiere que los trabajadores acepten reducir en 19 dólares a la hora (15,58 dólares estadounidenses) sus salarios, para dejarlos en 55 dólares a la hora (45,1 dólares estadounidenses) pero CAW se ha negado.
En Estados Unidos, las empresas japonesas Toyota, Honda y Nissan pagan alrededor de 40 dólares estadounidenses a la hora.
El Gobierno estadounidense ha dado hasta el 1 de mayo para que Chrysler firme una alianza con otro fabricante (previsiblemente Fiat) y reestructure sus operaciones para que pueda tener acceso a 6.000 millones de dólares estadounidenses en préstamos.
Si no lo consigue, Chrysler se tendrá que declarar en suspensión de pagos.
Marchionne dijo que el Fiat 500 será construido en Norteamérica en el 2010 pero probablemente vendido como Fiat. Chrysler lanzaría su propio auto pequeño basado en la plataforma del 500.
"Chrysler necesita su propio 500" dijo Marchionne quien añadió que la empresa italiana también producirá el nuevo Alfa 149, de la marca Alfa Romeo, en Norteamérica.