Filantropía: más allá del deber

telecinco.es 20/11/2018 10:23

Recientemente falleció Paul Allen, cofundador junto a Bill Gates de Microsoft, dejando una fortuna cercana a los 20.000 millones de dólares. Se estima que la mitad de esta herencia irá destinada a filantropía, ya que Allen no contaba con familia directa que heredase su gran fortuna.

Pero, ¿sabes qué es la filantropía? Se trata de hacer donativos a organizaciones humanitarias, personas, comunidades, o trabajar para ayudar a los demás, directamente o a través de organizaciones no gubernamentales, con fines no lucrativos. También es el voluntariado que apoya a instituciones que tienen el propósito específico de ayudar a los seres humanos y mejorar sus vidas. En definitiva, son considerados actos filantrópicos, aquellos que no están movidos por intereses económicos.

La filantropía puede confundirse con la caridad, aunque no toda caridad es filantropía, o viceversa. La diferencia es que la caridad alivia los problemas sociales, mientras que la filantropía intenta resolver esos problemas de manera definitiva.

Aunque es una práctica poco conocida, sí es posible cuantificar y sistematizar las donaciones o contribuciones de carácter benéfico, siendo un factor decisivo que puedes incluir en la planificación financiera de tu línea vital.

Planificar el destino de tu esfuerzo vital para cuando ya no estés requiere una reflexión profunda y, a la vez, representa una oportunidad para proyectar con la mayor de las libertades hacia dónde o para quién quieres destinar la parte de libre disposición que te otorga la legislación vigente.

Cuando este destino se orienta a proyectos sociales, permite cambiar la vida de muchas personas y mejorar el mundo de la manera más altruista posible. Por ejemplo, en entidades como Save the Children, este esfuerzo vital de las personas que dejan su legado solidario, se transforma en proyectos destinados a la infancia más vulnerable. De esta manera, se consigue mejorar otras vidas gracias a la reflexión profunda y solidaria que en su momento hicieron personas que planificaron más allá de su propia existencia.

Según avance tu vida, puedes experimentar la necesidad de devolver a la sociedad algo de lo que te ha dado. Así, junto a fortunas como la del propio Allen, hay muchas personas que, de manera silenciosa y discreta, dedican parte de su tiempo y su patrimonio a ayudar a los demás y a mejorar la sociedad.

Unido a este planteamiento, aunque ya buscando no solo el impacto social, sino también el económico, tenemos un universo de inversiones en los que se busca excluir aquellos activos que supongan un conflicto contra la responsabilidad social, los derechos humanos o el medioambiente. . Este tipo de inversión demuestra que no solo con donativos se puede materializar nuestro compromiso social, sino que también con inversiones socialmente responsables se causa un alto impacto positivo indirecto en múltiples ámbitos.

En definitiva, la filantropía ocuparía, en el mundo de la inversión socialmente responsable, el extremo en el que se requiere un alto retorno social, pero ningún retorno económico y también puede ser una meta vital sujeta a planificación