Financiación de ideas en época de crisis

Estíbaliz Ortiz de Orruño Chasco 22/07/2012 09:56

En un momento en el que los bancos ni fían ni porfían y los publishers raramente apadrinan un proyecto pequeño audiovisual adelantando el capital, el crowfunding se abre paso como una tercera vía para que los emprendedores puedan recaudar dinero para sus creaciones. Se trata de un método estrechamente ligado a Estados Unidos y en concreto a su web de referencia Kickstarter. Esta página presta su 'site' para alojar trabajos independientes artísticos, musicales, fotográficos, tecnológicos, etc. y permitir que los internautas los valoren, y en caso de gustarles, puedan hacer pequeñas aportaciones para financiar partes posteriores. Esto se traduce en que sea el criterio del usuario final el que decida qué proyectos salen adelante en vez de los dictados de la industria. La revolución de esta forma de financiación reside en la democratización de los costes y la solidaridad de los consumidores, que depositan su confianza y su dinero en estos artistas, generando un flujo de intercambio muy interesante a la par que novedoso.

El crowfunding gira en torno a tres ejes fundamentales: el primero, el soporte, que es digital y que supone un punto y aparte con respecto al modelo anterior, ya que son los propios internautas los que a través de las redes sociales lo sostienen con pequeñas donaciones individuales. El segundo punto es el precio, muy rebajado (muchas veces la voluntad, a partir de un reducido precio de salida fijado) para que cualquier usuario pueda contribuir en función de sus posibilidades. Y el tercero es el concepto de masa: las pequeñas aportaciones individuales sólo son eficaces si son masivas. Como contrapartida, los usuarios reciben recompensas no monetarias, especialmente productos de merchandising u objetos customizados con elementos de los trabajos audiovisuales.

250 millones de dólares en proyectos independientes

Kickstarter ha generado más de 250 millones de dólares para 24.000 proyectos independientes, financiados por dos millones de personas. Trabajos como la consola de videojuegos Ouya ha arrasado en esta web, recaudando más de cinco millones de dólares. El crowfunding lo ha hecho posible, un modelo de negocio microeconómico sin precedentes que ya ha calado a nivel internacional y empieza a despuntar tímidamente en España de la mano de empresas como el estudio Gato Salvaje.

Este estudio de videojuegos independientes gallego se ha atrevido a dar el salto transoceánico y a dejarse ver en portales internacionales en busca de usuarios que financien el final de su videojuego, AR-K, el más vendido de su categoría. En una conversación con Informativos Telecinco, su socio Fernando Prieto ha comentado que en su caso su introducción en el crowfunding fue por necesidad. Y denuncia que en esta país "hace falta más ayuda a la gente que monta empresas. Resulta más fácil crear una empresa para un español no residente en EE UU que para un español en su país. Hay que simplificar y agilizar trámites y eso no depende de la crisis, sino de la voluntad de la Administración", remacha. Nuevas ideas de financiación para un nuevo momento histórico.