Fitch ha degradado el rating de la entidad que preside Ángel Ron hasta la categoría de grado de especulación, comúnmente conocido como 'bono basura', un escalón por debajo del denominado grado de inversión.
La agencia argumenta su decisión por los efectos de la prolongada recesión en España y la crisis inmobiliaria, así como por las obligaciones de provisionar inversiones relacionadas con el 'ladrillo'.