El FMI pide abordar las brechas de producción, el crecimiento potencial y la elevada deuda pública en el G-20

EUROPA PRESS 06/10/2017 16:04

Así se desprende del último informe económico sobre el G-20 realizado por el organismo internacional, donde también apunta a que los países emergentes y exportadores de productos básicos pertenecientes al grupo deben continuar con los ajustes estructurales para sostener el crecimiento a medio plazo.

En este sentido, explica que el G-20 "ha demostrado hasta ahora que tiene la determinación y los instrumentos políticos necesarios para avanzar hacia un crecimiento más fuerte, sostenible y equilibrado". Así, señala que la clave del éxito es continuar abordando todas las dimensiones simultáneamente para maximizar la acción conjunta.

Concretamente, el FMI aconseja a aquellos países con brechas de producción negativas y con espacio fiscal que apoyen al crecimiento, mientras que a aquellos con brechas de producción estrechas, les recomienda retirar los estímulos fiscales a corto plazo y recalibrar la política monetaria a la inflación. En el caso de que el espacio fiscal esté limitado --debido a niveles de deuda pública particularmente elevados--, los esfuerzos de consolidación "deben ser graduales y favorables al crecimiento". En las economías emergentes, por su parte, se deben evitar las políticas fiscales expansionistas y centrarse en fomentar el ajuste a más largo plazo.

APOYO FISCAL ADICIONAL

La política fiscal, en las economías avanzadas, se ajusta en general a las necesidades a corto plazo de los países, pero en algunos sería útil un apoyo adicional. En este sentido, ha puesto como ejemplo a Alemania, donde recomienda aumentar la inversión pública. Esto permitiría mejorar la producción potencial del país, contribuir a reducir el exceso de superávit por cuenta corriente y, por ende, provocar un 'efecto contagio' al resto de países de la zona euro, donde la holgura económica persiste y la política fiscal está limitada.

Por otro lado, el organismo se refiere a la búsqueda por parte de los gobiernos del reequilibrio externo. "Las políticas macroeconómicas son solo un factor determinante de la balanza por cuenta corriente, pero han contribuido a mantener los desequilibrios excesivos, lo que ilustra los beneficios de recalibrar la combinación de políticas tanto en los países con superávit como en los países con déficit", indica el informe.

ELEVADA DEUDA PÚBLICA Y PRIVADA

No obstante, advierte de que la carga de la elevada deuda pública debe reducirse en el medio plazo. La mayoría de los países están adecuadamente establecidos para la consolidación fiscal, sostiene el FMI, pero reclama unos planes a medio plazo más ambiciosos en países con niveles de deuda pública "incómodamente" elevados como España, Italia o Estados Unidos.

En cuanto a la deuda privada de empresas y bancos financieros, el Fondo señala que se trata de una variable que requiere de "mucha atención", y propone como soluciones el rápido reconocimiento de activos improductivos o mejores mecanismos de reestructuración de deudas, el refuerzo de las reservas o la reducción de la acumulación de apalancamientos.

Respecto a la política monetaria, el Fondo cree que en la mayoría de los países está alineada con las recomendaciones del organismo. De igual forma, prevé que en la mayoría de las economías avanzadas continuará siendo acomodaticia, mientras que en el caso de EEUU, apuesta por que el ritmo de normalización debe ser gradual, con una buena comunicación y en línea con los datos macroeconómicos. En el caso de las economías emergentes, pronostica que mantendrán posiciones monetarias neutrales o algo contractivas.

NO SE ALCANZARÁN LOS OBJETIVOS DE PIB

Según apunta el organismo, los objetivos previstos para impulsar la economía del G-20 propuestos en la cumbre de Brisbane contribuirán al crecimiento mundial a medio plazo. No obstante, el ritmo de implementación "ha sido más lento del previsto", lo que sugiere que la meta de elevar el Producto Interior Bruto (PIB) del Grupo un 2% adicional en 2018 se alcanzará "más tarde".

Por esta razón, y habida cuenta de las "decepcionantes" perspectivas a medio plazo, se requiere de la adopción de medidas estructurales "más ambiciosas", apunta el informe. Tal y como explica el Fondo, las reformas estructurales, aunque políticamente más complicadas de implementar, preparan el terreno para un crecimiento mundial más rápido en el futuro.

Así, en las economías avanzadas las reformas estructurales pasan por dar prioridad al aumento de la productividad y el empleo, la reducción de los impuestos directos (compensado con un aumento de los indirectos) y un mayor apoyo a la Investigación y Desarrollo (I+D).

En las economías emergentes, por su parte, las reformas estructurales tienen que ver con mejorar la productividad, en particular facilitando la regulación del mercado de productos, la liberalización del comercio y una reforma de la arquitectura fiscal. Los exportadores de productos básicos deben diversificar sus economías para mejorar su capacidad debido a los bajos precios de éstos productos.