La primera manifestación de Juan Manuel, a sus 63 años: los hosteleros se echan a la calle
Los hosteleros denuncian que las restricciones que les impiden ganarse la vida se aprueban antes de abordar ayudas para el sector
Quién le iba a decir a Juan Manuel, 63 años, con un bar en la plaza donde empiezan o terminan muchas de las manifestaciones de Cádiz, que llegaría el día en que no serían los manifestantes los que entrasen en el `Asdrubal´ a tomarse un café para levantar los ánimos, sino él, el que saliese a la calle para manifestarse.
"Estaba más acostumbrado a ponerle el desayuno a los manifestantes que a manifestarme", dice el propietario del `Asdrubal´. "Para mí, creo que es la primera vez que me toca manifestarme en la hostelería. Había que haberlo hecho hace ya mucho tiempo".
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"Es la primera vez que me toca manifestarme en la hostelería. Había que haberlo hecho hace ya mucho tiempo"
Pero ese día ha llegado. A su lado Ana, veinte años como camarera, e Ildefonso, un cocinero, como dice él, especializado en comida tradicional. Los dos afrontan, junto a su jefe, la manifestación profesional de su vida.
"Como camarera es la primera vez que voy en mi vida", reconoce Ana. "No había tenido necesidad, porque nunca me ha faltado el trabajo aquí en Cádiz".
"Es la primera vez que salgo a la calle como cocinero", asiente Ildefonso. "Yo creo que tiene que ser muy importante esta manifestación".
Juan Manuel, que empezó de `chicuco´ -empleado de un almacén de ultramarinos-, que siguió su vida laboral como `freganchín´ -el que friega la loza en los restaurantes-, y que hace ya veinticinco años que tiene su propio negocio, es uña y carne con sus empleados. Han tenido años buenos, malos, y regulares, dice, y luego, está 2020.
"Primero confinados en casa tres meses como todos los españoles. Abrí el 2 de julio, no se me olvidará nunca", cuenta Juan Manuel. "Desde entonces de mal en peor. Muchos funcionarios que eran clientes están trabajando telemáticamente, luego nos han hecho cerrar a las diez por el toque de queda. Ahora tenemos que cerrar a las seis. Desde marzo no ingreso ni un cincuenta por ciento de lo que ingresaba antes".
Y como él, cientos de establecimientos hoteleros de los que dependen miles de puestos de trabajo. Todos han estado, también Juan Manuel, en una manifestación inusual, pero necesaria. Piden ayudas a las administraciones para no ver cómo se hunden sus negocios.
"Cuando a una playa llega un tsunami, después hay que coger y arreglarla", declara Antonio de María, presidente de los hosteleros gaditanos. "Vemos muchas disposiciones legales en el BOJA y en el BOE, pero ni una sola palabra que venga a preocuparse de nuestra situación".
"Cuando una playa viene un tsunami, detrás hay que coger y arreglarla"
El lema de la marcha, `Sin ayudas nos arruinan´. Detrás de él hay cientos de familias de Cádiz que, de una u otra manera ,viven de un bar, un restaurante, o un local de copas. Han caminado en silencio, pacíficamente, con el aplauso de muchos ciudadanos desde las aceras. Sin hostelería, coreaban al terminar, Cádiz moriría.