Los mecanismos del Estado dejan el coste de la deuda autonómica en la mitad que el del Tesoro, según Funcas

EUROPA PRESS 30/11/2017 14:55

Los mecanismos de financiación del Estado han permitido rebajar el coste medio de la deuda de las comunidades autónomas (1,4%), hasta suponer la mitad que el del Tesoro (2,59%), aprovechando también la caída de los tipos de interés.

Segun la última publicación de 'Cuadernos de Información Económica', editada por la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE) y la caída de las primas de riesgo han facilitado a los países de la eurozona una reducción del coste medio de su deuda pública.

En el caso de España el coste medio de la deuda del Tesoro ha pasado del 4,07% en 2011 al 2,59% actual, lo que se ha trasladado a las comunidades autónomas, hasta el punto de que el coste medio de su deuda es la mitad que el del Tesoro, tras haber caído del 3,64% en 2012 al 1,4% a cierre de 2016, según explican Salvador Jiménez y Carmen López en su artículo.

Esto se debe a la adhesión de las CCAA a los mecanismos de financiación estatales que, si bien no implica en sí misma una reducción del coste medio de la deuda, sí se han visto favorecidas por la decisión del Estado de rebajar el tipo de interés del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). Ello ha sido posible porque desde 2015 las nuevas emisiones del Tesoro, que sirven para refinanciar a las CCAA, se colocan en el mercado por debajo del 1% (0,69% en 2017).

Por otra parte, el elevado peso de los préstamos en las carteras de deuda de las CCAA les ha permitido a las regiones, en mayor medida que al Estado, su refinanciación aprovechando la caída de tipos.

Sin embargo, Funcas señala que la "paradoja" se da en que las regiones con peores fundamentos fiscales han visto reducido más el coste medio de su deuda, gracias a las extraordinarias condiciones de los fondos estatales: por debajo del 1% frente al 2,4% de las comunidades con menor dependencia de dichos fondos.

No obstante, las regiones con mejor calificación han captado deuda a plazos largos y tipos fijos bajos, garantizándose costes muy favorables durante un largo periodo de tiempo.

EL DÉFICIT BAJA POR LA COYUNTURA ECONÓMICA

De su lado, Santiago Lago recuerda en otro artículo de la publicación que el déficit público se sitúa muy cerca del umbral del 3% del PIB, a lo que están contribuyendo las corporaciones locales y las comunidades autónomas, y esta reducción tiene mucho que ver con la coyuntura económica y su efecto sobre los estabilizadores automáticos, y no tanto con el control del déficit estructural, que en 2020 seguirá aún muy cerca del 2% del PIB.

En particular, el ajuste se concentra en la contención del gasto, dejando de lado actuaciones por el lado de los ingresos públicos, una estrategia que considera "insuficiente" para eliminar el déficit estructural.

Por ello, ve necesario abordar una reforma en profundidad del sistema tributario que le permita ganar en "suficiencia, equidad y eficiencia", aunque la incertidumbre ligada a la inestabilidad política en Cataluña y el retraso en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018 son un "obstáculo" para su diseño.

Asimismo, Ramón Xifré advierte del elevado peso de la deuda pública sobre el PIB y señala que la ley de Estabilidad Presupuestaria tiene "serios problemas de credibilidad", por lo que cree que se necesitan marcos presupuestarios que primen la credibilidad sobre la ambición en el ajuste, ante la imposibilidad de cumplir el objetivo del 60% del PIB en 2020.

También avisa de las posibles dinámicas de endeudamiento de algunas administraciones fuera del perímetro del Protocolo de Déficit Excesivo (PDE). De hecho, los pasivos financieros fuera de dicho perímetro, que representaban solo el 5% en relación con la deuda PDE en 2000, han ido creciendo hasta alcanzar en 2017 el 17% del importe de la deuda PDE.

En cuanto al mercado laboral, el autor considera que las futuras reformas deberían prestar más atención a variables y fenómenos clave, como el envejecimiento de la población laboral, la caída en el número de hombres activos y la explosión en el paro de larga duración, que aún afecta a uno de cada tres parados españoles.

EL SISTEMA BANCARIO, PENDIENTE DE LA POLÍTICA MONETARIA

Santiago Carbó y Francisco Rodríguez revisan las perspectivas del sistema bancario de cara a 2018 y advierten de que el entorno del sector estará marcado por el cambio paulatino de la política monetaria del BCE y por la presión regulatoria derivada, entre otros factores, del esquema de reducción de riesgos a través de la unión bancaria.

En este contexto, destacan que los resultados de la banca española en el tercer trimestre del año muestran un aumento de la rentabilidad debido a la mejora de la eficiencia, alcanzada gracias al esfuerzo de contención de los costes de explotación.

De su lado, Erik Jones defiende que los eurobonos permitiría un menor coste de capital para los países que se endeudasen dentro de los límites establecidos, aportaría mayor claridad jurídica en caso de reestructuración y crearía una amplia clase de activos sin riesgo que podría utilizarse como garantía en el acceso a las líneas de liquidez de los bancos centrales y como activo refugio ante turbulencias en los mercados financieros.

Entre los inconvenientes, destaca los relativos al control político y la responsabilidad financiera, que terminan configurando un problema de riesgo moral.

Por último, Marco Trombetta examina en su artículo el nivel de educación financiera de los emprendedores y constata que los trabajadores por cuenta propia británicos tienen menos conocimientos financieros básicos que los españoles e italianos, aunque en el conjunto de la población sucede lo contrario.

Los resultados sugieren también que la combinación de un nivel de educación básica alto y conocimientos financieros avanzados bajos, como sucede en España e Italia, da lugar a un enfoque más conservador en la gestión de los negocios, como se deduce de la mayor aversión al endeudamiento de la empresa y de una gestión orientada por el principio de caja, lo que se asocia a una probabilidad más alta de supervivencia en la empresa.