Durante la presentación del nuevo plan de recorte de 30.000 millones de euros, Monti ha destacado que con estas reformas, Italia demuestra "madurez y rapidez" en la toma de decisiones "fuertes" y ha recordado que su Gobierno "actuará en las sedes europeas" para obtener "más peso en la decisión de las políticas europeas".
No obstante, Monti ha reconocido que los partidos no pueden estar "plenamente satisfechos con las reformas" pero ha destacado que tendrán que "apreciar el hecho de que tan sólo de esta forma podemos proceder rápidamente por el bien del país".
Por tanto, el mandatario ha pedido que el Parlamento apruebe "rápidamente" el decreto 'salvar Italia' porque el Ejecutivo quiere "crear las bases para ulteriores acciones" del Gobierno "para apoyar a las familias".
Confía en el apoyo del Parlamento
Frente al Parlamento, el primer ministro ha subrayado que para Italia "ha sido interesante estar junto a Francia y Alemania en un diálogo 'de tres' y al mismo tiempo reforzar el diálogo comunitario".
No obstante, el mandatario ha destacado que para que Italia pueda desarrollar un papel "creíble, incisivo y de pleno respeto en el contexto internacional" debe resolver "lo antes posible los graves problemas" que hacen que el país sea un compañero "poco creíble e incluso una fuente de posible infección en la eurozona".
Monti ha recordado también que una prioridad ulterior del Ejecutivo es "estar atentos" a las relaciones entre los estados miembros de la zona Euro y los estados miembros "de la comunidad europea".
El domingo, el Ejecutivo italiano, dio luz verde al llamado "decreto salva-Italia" que incluye tanto medidas de austeridad como nuevos impuestos para sumar un total de unos 30.000 millones de euros.
Según se anunció, el paquete incluye, entre otras medidas, subir los impuestos a los más ricos y elevar a los 66 años la edad de jubilación para 2018.