Tras una reunión entre representantes sindicales de Opel, IG Metall y de sindicatos españoles, en la sede de IG Metall en Fráncfort, el presidente del comité de empresa de Opel, Klaus Franz, dijo que "no tenemos informaciones oficiales de Fiat".
Franz exigió que se incluya a los sindicatos desde el principio en el concepto en el que se va a trabajar sobre el futuro de Opel.
Las informaciones que llegan sobre el futuro de la filial alemana de la estadounidense General Motors son confusas y hasta contradictorias.
Hasta la fecha han declarado interés en la adquisición de Opel el constructor italiano Fiat y el consorcio canadiense-austríaco Magna, este último en colaboración con el fabricante de automóviles ruso GAZ, con el que Magna colaboró en el pasado.
Los sindicatos y una buena parte del gobierno alemán no ocultan sus simpatías por Magna, si bien su socio en el proyecto, GAZ, no ha mostrado impermeabilidad a la crisis del automóvil.
De los 120.000 empleados que tenía GAZ, propiedad del magnate ruso Oleg Deripaska, 30.000 han sido despedidos.
GAZ, que ha solicitado ayudas del gobierno de Vladimir Putin, adquirió hace dos años el 20 por ciento de Magna, pero ante la falta de liquidez que ahora afronta el magnate ruso, el pasado mes de octubre revendió a Magna su parte.
A la relación de "interesados", el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung sumó hoy el nombre de Ripplewwod, filial europea de la sociedad de participaciones estadounidense RHJ International.
Ripplewood optó en 2004 por la empresa de componentes para el automóvil Honsel.
Mientras, aumenta la presión sobre la matriz estadounidense, que parece sin remedio abocada a la quiebra.
En los últimos días, seis directivos de General Motors vendieron más de 200.000 acciones al precio de entre 1,45 y 1,61 dólares el título (niveles de 1933), lo que fue interpretado por los analistas como una muestra de la poco confianza que tienen los directivos en su propia empresa.
La reunión hoy de los sindicalistas españoles con sus colegas alemanes se produce un días después de la mantenida en Berlín por el consejero aragonés de Industria, Comercio y Turismo, Arturo Aliaga, y la secretaria general de ministerio de Industria del Gobierno central, Teresa Santero, con el secretario de Estado alemán de Economía, Jochen Homann.
Se trataba de la segunda reunión de estas características que se celebra en Berlín en relación con el futuro de Opel.
El consejero de Economía de Aragón, Alberto Larraz, aseguró que en la reunión no se habló sobre la posibilidad de que una eventual compra por parte de Fiat implique un recorte de la plantilla de Figueruelas (Zaragoza), como aseguró en la prensa alemana citando detalles del plan presentado por el grupo italiano.
Lo que sí quedó claro, añadió el consejero, es que todos los implicados son conscientes de que la capacidad de producción de Opel "tiene que reducirse" y adaptarse "a la demanda que tiene la actualidad". "Eso es algo que tenemos que contemplar entre todos los gobiernos de todas las plantas", añadió.