La mayor pérdida trimestral de la historia fuerza un nuevo rescate de AIG

EFE 02/03/2009 13:40

American International Group (AIG) reconoció hoy que sólo en el cuarto trimestre de 2008 perdió unos 650 millones de dólares diarios, más de 7.500 dólares por segundo.

Eso la convierte en la empresa que más dinero ha perdido nunca en EE.UU. y en el resto del mundo durante un sólo trimestre, debido en gran parte a su actividad aseguradora de instrumentos financieros, especialmente los relacionados con créditos hipotecarios de alto riesgo que ayudaron a desencadenar la crisis internacional actual.

Su ritmo de desangramiento y la titánica dimensión del herido (unos 76 millones de clientes en 130 países) han forzado al Gobierno del presidente Barack Obama, que ya controla el 80% de AIG, a diseñar un nuevo rescate, el cuarto en seis meses, para tratar de sanear unas cuentas infectadas de deuda incobrable y evitar así la quiebra.

Washington ya ha invertido en AIG 150.000 millones de dólares (60.000 millones en créditos, 40.000 en acciones preferentes y 50.000 en activos incobrables), y es consciente de que por su arraigo en la economía estadounidense no puede dejarla morir, como hizo con Lehman Brothers el pasado septiembre.

"Dado el peligro sistémico que sigue suponiendo AIG y la fragilidad actual de los mercados, el coste potencial para la economía y para los contribuyentes de la falta de intervención del Gobierno sería extremadamente elevado", reconocieron hoy la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro en un escrito conjunto.

La que en su día fue la mayor aseguradora del mundo por valor de mercado ahora cotiza en la Bolsa de Nueva York a menos de medio dólar por acción, después de perder el 99% de su valor en un año.

En 2008 perdió 99.289 millones de dólares (-37,84 dólares por acción), frente a los 6.200 millones ganados en 2007 (2,93 dólares por título).

Sólo en el último trimestre de 2008 las pérdidas ascendieron a 61.659 millones de dólares (22,95 dólares por acción), frente a los 5.292 millones de resultado negativo (2,08 dólares por título) de un año antes.

Esas pérdidas trimestrales, las quintas consecutivas, son más del doble de los 30.000 millones de dólares más que Washington ha ofrecido a AIG como parte del nuevo rescate negociado este fin de semana.

Una de las claves del nuevo plan es que implica también a las principales agencias de calificación, que se han comprometido a mantener sus valoraciones sobre la aseguradora, lo que evita que se abran nuevas brechas en esta máquina de perder dinero en que se ha convertido AIG.

Además, el nuevo plan de rescate implica una reducción del tipo de interés que la Reserva Federal aplica a una línea de crédito de 25.000 millones de dólares concedida a AIG, lo que ahorrará a la aseguradora 1.000 millones al año.

Asimismo, contiene la concesión de nuevas acciones preferentes en dos divisiones de seguros de vida de AIG (American Life Insurance Company y American International Assurance Company) para liquidar una deuda de 38.000 millones de dólares.

Con los rescates previos, la Reserva Federal prestó en septiembre a AIG 85.000 millones, en octubre otros 38.000 y en noviembre elevó hasta 150.000 millones su ayuda.

Con una subida bursátil del 14% en los títulos de AIG hacia la media sesión en Nueva York, los inversores mostraron este lunes su confianza en el nuevo plan y, sobre todo, en la disposición del Gobierno de EE.UU. a velar por la supervivencia futura de la firma.

"Eso va a llevar tiempo y posiblemente requerirá más apoyo público si los mercados no se estabilizan y mejoran", dijeron en su comunicado conjunto la Reserva Federal y el Tesoro.

El presidente y consejero delegado de AIG, Edward Liddy, afirmó que la aseguradora será capaz de devolver el dinero público recibido y que los nuevos 30.000 millones son un "colchón de reserva" que la empresa "no tiene por qué usar necesariamente de forma inmediata".

Añadió que la gente que está asegurada con su firma "está a salvo, protegida", porque "los problemas están en los negocios secundarios", no en el área de seguros tradicionales, que aún así se ha visto perjudicada por la crisis.