¿Por qué estamos pagando la gasolina más cara de la historia?

  • Alrededor de la mitad de lo que pagamos de gasolina y gasoil en España va destinado a impuestos

  • El precio de los carburantes en España antes de sumarle los impuestos es también el más caro de la Unión Europea

  • Si al elevado porcentaje de impuestos le sumamos el aumento del precio del crudo y de la distribución, nos encontramos con el precio más caro de la historia

El precio de la gasolina en España sigue batiendo máximos históricos. El litro de gasolina se sitúa en 1,55 euros de media, un 1,3% más que hace una semana, mientras que el gasóleo llega hasta los 1,44 euros. Son varias las circunstancias que generan este aumento sin precedentes de los precios.

El Precio de Venta al Público de la gasolina viene determinado por los impuestos, que suponen aproximadamente la mitad del precio final, y por otra parte por el Precio Antes de Impuestos (PAI), que incluye los costes del crudo y los márgenes de distribución.

Casi el 50% del precio de la gasolina son impuestos

En España, los impuestos suponen entre el 45% y 49% del precio final del gasóleo y de la gasolina (respectivamente). Son dos los impuestos que gravan los combustibles: el IVA y el Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH)

El IVA que se paga por los combustibles es de un 21%. Por cada litro de gasolina pagamos 0,238 en tasas y 0,214 en el de diésel. En cuanto al IEH, existen dos tramos, un tramo general y un tramo especial. En total, el IEH supone 0,473 euros por cada litro de gasolina y 0,379 por cada litro de diésel.

El precio de la gasolina antes de impuestos es el más caro de la Unión Europea

El aumento del PAI (Precio Antes de Impuestos) y de los márgenes de distribución han hecho que España lidere el ranking de la gasolina más cara de toda la Unión Europea, con 0,749 euros el litro. La media europea se coloca en los 0,614 euros el litro, según recoge un artículo de El Mundo.

El precio internacional del crudo supone un 35% del PVP, por lo tanto, las variaciones del precios que producen las tensiones entre Rusia y Ucrania, así como el resto de motivos que modifican el precio del crudo, afectarían únicamente a este porcentaje del precio final.

El 16% restante viene marcado por el margen bruto de distribución, que en 2020 marcó su máximo histórico. Aquí se engloban los costes de logística y almacenamiento, el coste de transporte del carburante hasta las gasolineras y los costes de las estaciones de servicio, entre otros.

Si a esta subida en el precio de los carburantes le añadimos la escalada de precios del gas y de la luz, que están aumentando los precios de otros productos como los alimentos, la situación de los precios de la energía están elevando la inflación en España a niveles récord.