Una reforma laboral con más sombras que luces

ANDRÉS VILLENA OLIVER 29/07/2010 00:00

El ministro de Fomento, José Blanco, aseguró este miércoles en Badajoz que "lo único que trata de hacer la reforma laboral es garantizar que las empresas en situación de dificultad puedan continuar con su trabajo". El Ejecutivo ha "introducido alguna flexibilidad" para garantizar "la viabilidad de las empresas y por tanto el empleo", pero en "ningún caso", según aseveró, "se pierden derechos en cuanto a la indemnización por despido".

El despido, más barato

Estas declaraciones contrastan con la realidad de los datos: la nueva ley generaliza el denominado Contrato de Fomento del Empleo, con una indemnización de 31 días, frente a los 45 hasta ahora imperantes. Un estudio de la normativa permite ver que la rebaja del coste de despedir a un trabajador ocupa un lugar central en ella.

¿Existe una relación inversa entre coste de despido y creación de empleo? La Profesora del IE Business Gayle Allard lleva treinta años estudiando el mercado laboral español y nos la explica. Para Allard, rebajar este coste haría a los empresarios "perder el miedo" a contratar trabajadores, lo que generaría "contratos de mayor calidad en épocas de crecimiento, en lugar de tantos temporales". Esta reflexión coincide con la posición del Gobierno; además, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, aseguró que la nueva ley dificultará la destrucción de empleo en fases recesivas.

Problemas que la ley no trata

Hay, no obstante, muchos expertos que no ven la mencionada relación entre coste del despido y creación de empleo, y que además subrayan determinados aspectos del panorama laboral que quedan sin tratar en la normativa. Estos alertan de que un sesgo excesivamente economicista habría dejado fuera del estudio una serie de circunstancias determinantes sobre la evolución del mercado de trabajo, del nivel y de la calidad del empleo en España.

Para el Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona Albert Recio, la reforma adolece de haber sido estudiada y promovida desde un único punto de vista, el que prima en la mayoría de las instituciones y organismos de decisión españoles. Recio prefiere comparar el desempleo con la fiebre, que es una señal de que algo va mal en el organismo: esta puede rebajarse, pero las causas siguen estando en otro lugar. ¿Dónde? "Los problemas económicos de fondo son, por un lado, el desequilibrio entre las rentas y entre las economías estatales -con un déficit sistemático de balanza comercial- y, por otro lado, el papel jugado por el sistema financiero. Estas causas no han sido tratadas".

Otro problema que para este especialista no queda contemplado y que constituye una importante causa del nivel de paro es "el bajo peso del sector público en España. Hay un exceso de empleo en construcción, un diferencial negativo en la industria y también en los servicios sociales. Dejamos demasiado peso al mercado y muy poco al sector público".

La cultura laboral, determinante

Pero hay muchas más cosas más que no se tienen en cuenta y que para estos expertos no deberían pasar desapercibidas. Albert Recio señala que "cada país cuenta con un tipo de mercado laboral, así como con una forma de interpretar y aplicar las leyes". En ello coincide con otro especialista, el Catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de Castilla la Mancha Antonio Baylos, que subraya que la actual reforma solo reforzará los aspectos más negativos de la cultura laboral española.

¿Cuáles son las características del modelo español? Albert Recio propone al presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, como ejemplo: "El tratamiento de los servicios por parte de las clases dirigentes en España es muchas veces feudal, se trata de un modelo muy autoritario. Tenemos una tradición de malas condiciones, de poca preocupación por la innovación, de cambios de horario, de tener que adaptarnos a lo que sea..." La propia Gayle Allard reconoce que "hay muchos abusos por parte de las empresas y muchos trabajadores que sufren, por eso, hemos llegado a normas tan rígidas".

Un buen modelo... para construir las pirámides

Baylos añade otras características al modelo español esbozado por Recio: "Se piensa que si el trabajador no tiene el palo del despido, la amenaza de la sanción, el miedo a ser cambiado de turno... entonces no trabaja. Esto supone unas relaciones laborales extremadamente primitivas. Está bien para construir las pirámides, pero no para una economía moderna y del conocimiento".

Este Profesor propone una alternativa para incrementar la productividad laboral y salir de la crisis con otro modelo productivo: "El trabajador tiene que saber que está bien remunerado, que se le dan incluso los medios para su recualificación profesional". Recio, por su parte, nos remite a modelos como el sueco o el alemán, "muy cooperativos, en los que se pone mucho énfasis en la calidad del producto y del servicio". Lo que supone un inequívoco reconocimiento de la profesión que, según estos dos especialistas, no se da generalmente en nuestro país.

El despido no es solo un coste económico

Esta reforma, para Antonio Baylos, comete una suerte de 'pecado original': "Hay una economización del coste del despido, solo se piensa en este acto en términos de coste". Este punto de vista impediría tener en cuenta que "en la medida en que el empresario sea más libre para despedir, es más libre para imponer condiciones, para ser arbitrario y autoritario. Es esto lo que nos preocupa más, porque implica una restricción de los derechos de los trabajadores, que no son vistos como ciudadanos, sino puramente como elementos contables". "Es una reforma tremendamente desequilibrada, que da más poder a quienes ya tenían poder y que va a carecer de los contrapesos necesarios".

Se produce, además, una cierta "banalización del despido". "¿Qué le pasa a la persona despedida? Gran parte de nuestra existencia está condicionada por nuestro trabajo. Hay que tener en cuenta el componente de minusvaloración que este acto engendra, la ansiedad... Las relaciones laborales se han convertido en un lugar político marcado por el autoritarismo y por el terror, porque hoy en día el terror es la base del éxito".

Otros aspectos de los que no se habla

Dejando a un lado la gestión de las relaciones laborales, hay otros factores que la normativa olvida: "No es lo mismo lo que pasa en Andalucía que lo que ocurre en Cataluña o en Euskadi, donde ahora están preocupados porque van a llegar al 11% de desempleo", afirma Antonio Baylos, que sugiere también componentes de edad, género y étnicos a los que no se atiende.

Por su parte, Albert Recio nos explica un fenómeno de relevancia que presiona al alza las cifras de desempleados: "Hay un 20-25% de paro provocado por una fuerte llegada al mercado de mujeres, con expectativas de obtener un trabajo, sobre todo en servicios asociados a ciudadanos dependientes, y con la necesidad de ganar dinero por el endeudamiento enorme de sus familias". Parece que la reforma deja muchos temas sin tratar. ¿Tendremos para ello que esperar a la próxima?