Las regiones más industrializadas de España, el talón de aquiles de nuestra economía en plena crisis

  • ¿Cuáles son las regiones más industrializadas de España? ¿Han cambiado mucho las cosas en las últimas décadas?

  • La deslocalización, la globalización y la terciarización de nuestra economía nos dejan rezagados

  • El impacto de una escasa industrialización es fatal en crisis como las que estamos viviendo

La industria es un sector clave para una economía competitiva y estable y, a pesar de ello, su peso ha ido disminuyendo en muchos países desarrollados en las últimas décadas, descendiendo también la producción de empleo relacionada con este sector. Sin embargo, su trascendencia económica y social vuelve a ponerse en valor el los últimos tiempos. Y es que, en tiempos de crisis económica, un país con una industria fuerte resulta menos vulnerable ante circunstancias cíclicas. ¿Cuáles son las cifras de este sector en España a día de hoy? ¿Cuáles son las regiones más industrializadas de España?

La importancia del sector industrial

El sector industrial o sector secundario es aquel que se encarga de convertir las materias primas en productos manufacturados de consumo o en bienes semielaborados (por ejemplo, piezas para la construcción de un segundo bien final). Además, el sector industrial incluye bajo su paraguas actividades como la minería o extracción de minerales o recursos energéticos, así como la construcción (infraestructuras de ingeniería, por ejemplo) y la energía (todas las actividades dedicadas a generar electricidad mediante la conversión de una energía primaria).

En este sentido, tal y como asegura la Cámara de Comercio de España en uno de sus estudios al respecto, la industria contribuye a promover la innovación, la digitalización, la formación, la internacionalización y el crecimiento de la dimensión empresarial en nuestro país. A ello hay que añadir el importante 'efecto desbordamiento y arrastre' que ejerce sobre el conjunto del sistema productivo.

En consecuencia, existe una clara correlación positiva entre el sector industrial y el crecimiento económico estable y sostenible, la ganancia de productividad, la creación de empleo de calidad y el bienestar del conjunto de la sociedad.

Sin embargo, el peso de la industria en países como España ha disminuido considerablemente en las últimas décadas, en un proceso de deslocalización casi generalizado desde Occidente a otros países, mayoritariamente asiáticos. Actualmente la participación de la industria en el Valor Agregado Bruto (VAB) español (esto es, el valor total creado por un sector, país o región) se encuentra alrededor de tres puntos por debajo de la media de la Unión Europea (UE), en torno al 14,2 % en 2015 (en 2017 16,4 %), cuando en los años 70 representaba el 39 %.

Este proceso de pérdida de peso en el conjunto de la estructura productiva española obedece a diversos factores, como:

  • La paulatina deslocalización de ciertas industrias intensivas en mano de obra hacia otras áreas mundiales, al compás del impulso de la globalización y la liberalización de los movimientos de mercancías y capitales a escala mundial. La deslocalización puede producirse, además, tanto del conjunto de la actividad productiva en el país (horizontal), como de alguna de sus partes (vertical), externalizando la producción de algunos procesos industriales en otros mercados (ej. subcontratación).
  • La fragmentación del proceso productivo, gracias a las innovaciones tecnológicas o de proceso, así como a la propia evolución de los mercados. Ello ha permitido la diferenciación de las fases productivas, reasignando estadísticamente determinadas actividades vinculadas con anterioridad al ámbito industrial hacia otras ramas productivas, principalmente de servicios.
  • La terciarización de la economía, transformación propia de los países más avanzados en virtud de la cual las actividades vinculadas a los servicios concentran de modo creciente la producción y el empleo agregados. En en caso de España, destaca su gran dependencia del turismo, parte de este tercer sector. En este sentido, se ha registrado una significativa pérdida de peso (-3,6 puntos) de la industria manufacturera en el VAB de la economía española en los últimos 15 años, mientras que los servicios han ganado participación en términos de VAB (8,7 puntos).

¿Cuáles son las regiones más industrializadas de España?

La industria española está muy concentrada tanto geográficamente como por ramas de actividad. Esta tendencia se produce, además, tanto en lo relativo a la producción y ventas como en términos laborales (ej. número de ocupados) y empresariales (ej. número de empresas).

A modo de síntesis, las comunidades autónomas cuyo tejido industrial es más relevante se corresponden con Cataluña, Andalucía, País Vasco y Comunidad Valenciana. Sin embargo, también es preciso considerar la relevancia del sector en función de la estructura productiva de la región, en cuyo caso el sector industrial destaca en comunidades como Castilla y León o Galicia.

Por ramas de actividad, la especialización industrial de la economía española se orienta principalmente hacia las actividades agroalimentarias, la producción química-farmacéutica, y el material de transporte. La combinación de ambas dimensiones, geográfica y por rama de actividad industrial, revela asimismo la existencia de una especialización relativa elevada por comunidades autónomas.

Más concretamente, Cataluña es la comunidad que más PIB industrial aporta, con 37.316 millones de euros al año, seguida de Comunidad de Madrid (19.711), Comunidad Valenciana (17.171), Andalucía (16.254) y País Vasco (16.087), según cifras de 2017. Por otro lado, en cuanto a las ventas de cada comunidad autónoma, Cataluña es también la primera de la lista (92.189 millones de euros en 2017), seguida de Andalucía (44.109, Comunidad Valenciana (42.879), País Vasco (39.600) y Castilla y León (29.261). También, en ese mismo orden, se trata de las autonomías cuyo PIB procede en mayor medida del sector industrial, partiendo del 23,3 por ciento de Cataluña hasta el 7,4 por ciento de Castilla y León.

Por otro lado, las ramas industriales más comunes en Cataluña son la categoría “coquerías, refino de petróleo, químicas y productos farmacéuticos”, así como “material de transporte” y “alimentación, bebidas y tabaco”. En el caso de Madrid, predominan las mismas actividades, así como en el caso de Comunidad Valenciana. En Andalucía, "coquerías, refino de petróleo, químicas y productos farmacéuticos” y “alimentación, bebidas y tabaco” son las industrias principales. En el caso de País Vasco, se dan estas dos últimas categorías principalmente, así como la “producción, transformación y fundición de metales”.

Al tiempo, se constata la existencia de sustanciales diferencias entre el sector industrial de las comunidades autónomas en términos de productividad o costes laborales unitarios, circunstancia estrechamente vinculada a la especialización productiva.

Por otro lado, según el mismo informe, la industria es proclive a la concentración geográfica de las compañías del sector, dando lugar a las denominadas economías de aglomeración, capaces de generar externalidades positivas (difusión de información y conocimiento) que inciden positivamente sobre las ganancias de productividad, la competitividad y el potencial de crecimiento económico de los territorios.

Esta concentración, comúnmente en forma de clusters implican algunos factores o elementos adicionales a la concentración geográfica de actividades económicas como, por ejemplo, la cooperación entre empresas y otros agentes que trabajan en áreas relacionadas o complementarias o nuevas formas de liderazgo y gobernanza.

Actualmente la Comisión Europea está proponiendo a los Estados Miembros que apliquen estrategias de especialización inteligente, en el sentido de que las distintas zonas o áreas se especialicen y se tenga en cuenta la diversidad y pluralidad y no se aplique medidas uniformes sin tener en cuenta el contexto.