Registrando las cámaras de seguridad nos encontramos con un hombre bien vestido, con un buen coche, que repite la misma operación: llena el depósito, se permite el lujo de despedirse de la cajera desde la distancia y sale corriendo.
"Hay jovencitos, de mediana edad, también maduritos... hay coches de baja gama pero también hay coches de altísima gama y los últimos modelos. Creo que se trata de un perfil absolutamente democrático" dice desde la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio, Antonio Onieva.
Los hay algo más previsores, son aquellos que tratan de tapar la matrícula, aunque sea con un simple papel.
Y los hay tan habituales que ya los reconocen quienes trabajan en las gasolineras. Aunque esto de poco sirve. Cuando uno de los empleados intenta evitar el delito, el conductor casi le atropella.
Hartos de tanta estafa, muchos han instalado barreras. Pero hasta eso se lo saltan. ¿Cómo lo hacen? La respuesta es sencilla: "Dan marcha atrás a gran velocidad o simplemente van con un acompañante que se encarga de levantar la barrera o la rompe y se fuga", añade Onieva.