El rescate debe ser aprovechado por las entidades, que deben sanearse y así poder financiar la economía real. Esta es la solución menos mala, asegura el experto de El Economista, Pedro Calvo. Europa dará el dinero, a un interés más bajo, que necesitan los bancos y que el Estado español no puede aportar.
La parte negativa es que engorda deuda pública y es el estado el que responde en última instancia.
El cliente que tenga ahorros debe tener tranquilidad porque cuenta también con el respaldo de Europa. El accionista si sufrirá pérdidas. A corto plazo será difícil que fluya el crédito. En las entidades, que deberán cumplir condiciones, habrá despidos y cierre de oficinas.
Grecia Irlanda y Portugal recibieron una ayuda total porque no podían devolver su deuda pública. España si puede devolver su deuda, pero la banca necesita un dinero que no tienen España y que lo va a prestar Europa.