La cifra de negocio de la compañía alemana alcanzó en este periodo un total de 17.325 millones de euros, un 3,3% menos, lastrada en cuatro puntos porcentuales por la fortaleza del euro.
En concreto, la facturación de Siemens disminuyó un 1% interanual en Europa y un 9% en EEUU, mientras que creció un 11% en China. A su vez, los ingresos de la división de energía bajaron un 1% y los de la unidad de salud un 5%, mientras que en el negocio industrial cayeron un 2%. Por su parte, el área de infraestructuras mejoró un 5% sus ingresos.
Por contra, los pedidos recibidos por Siemens en el primer trimestre de su año fiscal aumentaron un 8,6%, hasta 20.836 millones de euros, con un alza del 13% en Europa y del 6% en América (+26% en EEUU), así como del 1% en Asia/Pacífico (+23% en China).
"Registramos un sólido trimestre en el comienzo del ejercicio fiscal. Como esperábamos, las condiciones no estuvieron a nuestro favor. Continuamos concentrándonos en nuestro programa de productividad para el ejercicio y en las medidas que tomaremos más allá de 2014", indicó Joe Kaeser, presidente y consejero delegado de Siemens.
De cara al conjunto del ejercicio actual, la multinacional alemana espera lograr un aumento de al menos el 15% de su beneficio por acción, desde los 5,08 euros de 2013, asumiendo que los ingresos se mantuvieran al mismo nivel que en el ejercicio precedente.