La organización de autónomos considera que esta evolución es "muy escasa", pese a que la cifra se ha mantenido más o menos estable durante la crisis, periodo que ha provocado un fuerte descenso de los cotizantes.
Según UPTA, los autónomos tienen poca información sobre la cotización por estas contingencias y dificultades a la hora de acceder a las coberturas en caso de necesitarlo, "ya que la prueba de la existencia del accidente de trabajo o cese de actividad en los autónomos es mucho más compleja que para los asalariados".
La organización denuncia además la total inexistencia de programas de prevención de riesgos laborales entre los autónomos.
UPTA calcula que durante el primer año de puesta en marcha de la Ley que regula la prestación de cese de actividad para los autónomos, sólo el 20% de las solicitudes han sido atendidas positivamente por parte de las mutuas, que son las entidades que gestionan esta prestación.
A partir del 1 de enero de 2013 la cotización por estas prestaciones pasará a ser obligatoria para las nuevas altas, por lo que el número de cotizantes podrá superar el millón a finales de ese año.