La titular de Defensa, Margarita Robles, aseguró este lunes que los contratos no estaban en peligro y que se mantendrá la construcción, tal y como está previsto para finales de año. Estos contratos garantizarán trabajo para unos 6.000 trabajadores de Navantia, que supone unos ingresos de 1.800 millones de euros.
A pesar del esfuerzo del Gobierno por convencer a los trabajadores, estos han aprobado un calendario de movilizaciones y no descartan incluso una huelga general, según informó el presidente del comité de empresa, Jesús Peralta. Los sindicatos, advirtieron que no van a rebajar la "tensión".
La firma de este contrato con Arabia Saudí, en negociaciones desde 2015, ocurrió el pasado mes de julio por un importe de 1.800 millones de euros, suponiendo una carga de trabajo global de unas siete millones de horas para los astilleros de Bahía de Cádiz, Ría de Ferrol y Cartagena y su industria auxiliar.
La fabricación arranca a finales de este año y la última corbeta debería entregarse en el 2022. El impacto en empleo se calcula que durante cinco años se generarían anualmente cerca de 6.000 ocupados directos e indirectos. De ellos, más de 1.100 serían empleados directos, más de 1.800 empleados de la industria auxiliar de Navantia y más de 3.000 empleados indirectos generados por otros suministradores.
Lo que ocurra con este contrato afectará también a los trabajadores de la factoría de Navantia en Ferrol en Coruña donde se fabrican algunos d elos componentes de las corbetas y que ya han anunciado que se unirán a las movilizaciones si el asunto no se arregla.