WeWork tiene jefe nuevo en la oficina

  • El holding japonés, SoftBank, eleva su participación y toma el control de la compañía fundada por Adam Neumann

Esa sensación de caer sin control cuando se está durmiendo. Algo parecido a eso ha tenido que sentir el fundador de WeWork, la empresa de espacios de coworking durante las últimas semanas. De jefe todopoderoso pasó a ser presidente no ejecutivo. Y de ahí, a convertirse en un “observador” de la junta directiva en la empresa que levantó en 2010, con la que quería cambiar la forma de trabajar del mundo. Este tortuoso descenso, del todo a la nada, es el que ha realizado Adam Neumann, en apenas un mes.

Uno de los mayores inversores de la compañía, el holding japonés SoftBank, anunciaba el martes que elevaba su participación y se quedaba con el control de la multinacional dedicada a realquilar oficinas y espacios compartidos. Una operación de rescate que se financiará con 5.000 millones de dólares y que incluye una inyección de otros 1.500 millones para salvar la delicada situación financiera que atraviesa ahora WeWork.

El acuerdo supone que WeWork queda valorada en 8.000 millones de dólares, lejísimos de los 47.000 de principios de año y con los que su fundador pretendía salir a bolsa... Pero los plantes bursátiles, anunciados en agosto, obligaron a la compañía a retratarse. Y en esa foto ni la empresa, ni su fundador, salieron muy bien parados. Las millonarias pérdidas del primer semestre del año y las dudas sobre la gestión de su máximo responsable no fueron un buen reclamo para posibles inversores. La operación se canceló sine die

En ese escenario los accionistas obligaron a Neumann, un emprendedor con aura de Silicon Valley y todas las excentricidades asociadas a los líderes de las tecnológicas (en un negocio, no olvidemos, de ladrillo), a dimitir como consejero delegado a finales de septiembre. Quienes le sustituyeron intentaron reorganizar la empresa de alquiler de oficinas presente en 37 países y suspendieron definitivamente sus planes para cotizar en el mercado. La inestable situación financiera de la inmobiliaria acababa forzando el rescate consumado esta semana.

“No es inusual que los disruptores tecnológicos líderes del mundo experimenten desafíos de crecimiento como el que WeWork acaba de enfrentar”, ha dicho Masayoshi Son, presidente de SoftBank reafirmando su confianza en el futuro de la empresa.

Despidos y desinversiones

Marcelo Claure, el boliviano director de Operaciones de SoftBank y nuevo presidente de WeWork, aseguraba tras conocerse el acuerdo que el nuevo capital “restablecerá el impulso de la empresa” y mostraba su compromiso con la búsqueda de la rentabilidad. Entre las primeras decisiones para conseguirlo podrían estar los recortes de empleos y el repliegue del negocio.

Así, los planes de la compañía, según Financial Times, incluirían hasta 4.000 despidos (supondrían cerca de la tercera parte de los trabajadores), que podrían ser externalizados a una empresa de servicios. Además la multinacional estaría valorando retirarse de regiones como China, India y gran parte de América Latina para centrarse en los mercados de Estados Unidos, Europa y Japón.

¿Qué pasa con Neumann?

El comunicado en el que SoftBank detalla su plan de inversiones solo explica que el “señor Neumann se convertirá en observador de la junta directiva” y que dicho organismo recibirá los derechos de voto de sus acciones. No dice nada del dinero que Neumann recibirá a cambio de ello pero The Wall Street Journal cifraba en 1.700 millones de dólares el precio de su salida. El excéntrico empresario se despedirá del poder en su compañía y también de los otros negocios creados alrededor de WeWork, pero seguirá formando parte de las listas de multimillonarios. A sus 40 años tiene tiempo y dinero para volver a intentar cambiar el mundo.