"Apenas se ha hablado de esto, yo me enteré hace dos semanas", comentaba Maria Eugenia, una enfermera gaditana de 32 años. Otros, ayer mismo, pensaban que la presencia de tantos periodistas se debía a que Isabel Pantoja estaba en la bahía. Por supuesto, siempre hay gente bien informada que estaba al corriente de la celebración de la cumbre desde hacía tiempo. "Por aquí acaba de pasar Dilma", bromeaba un vendedor ambulante antes de que la presidenta brasileña hubiera aterrizado en el aeropuerto de Jerez.
En lo que sí coinciden en afirmar muchos gaditanos es que la cumbre apenas se va a notar económicamente para los vecinos. En esta localidad de 5km2 y 130.000 habitantes, la tasa de paro es una de las más altas del mundo (supera el 36%, según la EPA). Los políticos "no se van a ir a los bares de tapas, que es lo que nos da de comer aquí", explica Enrique, un cámara de televisión que ha vuelto a su casa estos días por trabajo. "Será propaganda para la ciudad pero si no se hubiera hecho aquí tampoco cambiaría nada".