En una entrevista que publica el diario Ara, Mas reconoce que el Gobierno condiciona a la Generalitat, "porque las operaciones de deuda las debe autorizar el Estado y, por tanto, nos pueden cerrar el grifo y entonces las consecuencias todavía serán peores. Pero aunque nos cierren el grifo nosotros no iremos más allá del 10 por ciento".
Cuando se cumplen cien días de su llegada al poder, Mas entiende que es el presidente que debe hacer "una cosa inédita y sin precedentes, que es reducir sensiblemente un presupuesto" y recuerda que al ejecutivo central ya le avisó "desde el primer momento" de que la contribución de la Generalitat al ahorro global sería del 10 por ciento, algo que "no tiene precedentes y que no hace nadie más".
En su opinión, el Estado les debe unos 1.350 millones de euros del fondo de competitividad. "Les hemos dicho -precisa- que si no nos los quieren pagar, al menos que nos los dejen apuntar para no tener un déficit posterior, pero tampoco lo quieren".
Por otra parte, considera que en un sólo año no podrá cumplir el objetivo de déficit del 1,3 por ciento del PIB. "No podemos pasar de 7.500 millones de agujero del 2010, la herencia del tripartito y del Gobierno español, a 2.500 euros en un año. Esto quiere decir que deberíamos reducir el presupuesto de la Generalitat entre 5.000 y 6.000 millones de euros, y esto sí que significaría cerrar servicios públicos. Y no lo haremos".
Artur Mas, que no cree que Rodríguez Zapatero sea un presidente interino, subraya que hacer eso en un año, además, "equivaldría a desmontar el estado del bienestar y a cerrar servicios públicos".
Sobre si es favorable a organizar una consulta sobre el pacto fiscal, contesta: "Dependerá mucho del resultado electoral. Pero no lo descarto, porque cuando hablo del derecho a decidir también quiere decir que el pueblo de Cataluña se pueda expresar sobre los grandes temas de país".
En su opinión, si en las próximas elecciones hay una mayoría absoluta del PP se podría plantear hacer una consulta popular que "explique a Madrid que esto no es una obsesión nacionalista ni de CiU, sino que es una aspiración nacional catalana".