En un gran acto de masas, convocado por los partidos de la Alianza Presidencial, Buteflika desveló finalmente sus intenciones, sobre las que se mantuvieron las dudas hasta el último instante, pese a que en octubre promovió una reforma constitucional que suprimió la limitación a dos de los mandatos presidenciales.
"Yo hubiese podido, legítimamente, considerar que había cumplido mi parte al servicio de la patria", dijo el presidente ante cerca de 5.000 personas congregadas en la cúpula del Complejo Olímpico de Argel, entre las que se encontraba toda la clase dirigente del país, antiguos líderes de la independencia y simpatizantes procedentes de varias regiones argelinas.
Sin embargo, a continuación afirmó que de "todas las partes del país y de diversas capas de la población" le llegaron llamamientos para pedirle que continuase como presidente.
"Cualquiera comprenderá que es difícil para mi permanecer sordo ante una llamada tan apremiante, lo que sería una actitud moralmente reprobable por mi parte hacia el pueblo", aseveró.
Y por ello explicó que ha decidido presentarse a las elecciones del próximo abril "como candidato independiente", al igual que ha hecho en los comicios presidenciales anteriores con la intención de situarse por encima de la lucha política.
"Haciendo esto yo habré personalmente cumplido mi deber moral, dejando al pueblo el encargo de tomar su decisión soberana y democráticamente a través de las elecciones, en las que la libertad y la transparencia estarán garantizadas", afirmó.
En el caso de proclamarse vencedor de los comicios, Buteflika dijo que se propone proseguir "los esfuerzos para enderezar el país", aunque reconoció que el camino que queda por recorrer "es aún largo".
Como la principal de sus prioridades citó la promoción de la política de "reconciliación nacional", esto es, la pacificación del país, una de las piedras angulares de sus mandatos desde que llegó a la presidencia en 1999 y también su principal logro, aunque no exento de críticas.
"Me comprometo antes que nada a proseguir la promoción de la reconciliación nacional de los argelinos, entre ellos y con su patria", aseguró.
En este sentido dijo que continuará enfrentándose "con todos los medios" a la amenaza terrorista, aunque añadió que "la puerta permanecerá abierta para todo extraviado que sepa reconducirse".
Además, anunció que pretende emprender nuevas medidas para potenciar el papel de la mujer en la vida política y continuar el proceso de reformas en todos los sectores, así como consolidar la autoridad de la ley.
También se comprometió a desarrollar políticas de desarrollo económico y social y advirtió de que Argelia no puede permitirse "nuevos retrasos en este sentido en relación con el resto del mundo que avanza".
Destacó la necesidad de construir una economía diversificada que no dependa sólo del petróleo y anunció, de ser elegido, una inversión pública de 150.000 millones de dólares en los próximos cinco años, así como la creación de 3 millones de puestos de trabajo.
Buteflika afirmó que continuará la política de promoción de la inversión extranjera, aunque añadió que reforzará el papel regulador del Estado en la economía para que ésta "se inscriba realmente al servicio del desarrollo del país" y preserve sus equilibrios y su futuro económico.
La escenificación del acto para presentar su candidatura en la moderna Cúpula Olímpica de Argel, diseñada por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, recordó por momentos a las campañas electorales norteamericanas o al estilo de la realizada por Barack Obama.
Tras la intervención del presidente, cayeron del techo de la Cúpula cientos de globos azules y blancos, en medio de un fondo musical y el ondear de decenas de banderas con la imagen del jefe del Estado.
A las elecciones de abril se han presentado hasta el momento otras 18 candidaturas, aunque ninguna de ellas representa una seria rivalidad para la reelección de Buteflika, que habrá cumplido 72 años cuando se celebren los comicios.