ETA asesina por primera vez a un policía francés

INFORMATIVOS TELECINCO / AGENCIAS 16/03/2010 23:54

El tiroteo se produjo a primera hora de la tarde, cuando los gendarmes perseguían a un presunto etarra que había robado un coche en la localidad cercana de Blajoux. El enfrentamiento anterior había tenido lugar el 28 de noviembre de 2001, cuando otro gendarme resultó herido de gravedad en un tiroteo con miembros de ETA en la localidad de Lucq-de-Béarn, en el suroeste del país.

La justicia francesa condenó en febrero de 2008 por esos hechos al ex jefe militar de ETA Juan Ibon Fernández Iradi, Susper, a 30 años de cárcel. Aquel tiroteo se produjo dos semanas después de otro intercambio de disparos que las autoridades francesas atribuyeron a miembros de la banda terrorista.

Sucedió el 17 de noviembre de 2001, cuando un gendarme resultó herido de bala cuando seguía a una furgoneta que se había saltado un control de alcoholemia en las proximidades de Pau (suroeste).

El conductor de la furgoneta se detuvo en una carretera local y disparó contra el agente. El primer tiroteo con las Fuerzas de Seguridad francesas que se atribuyó a ETA ocurrió el 27 de noviembre de 1996, cuando un policía del Servicio de Aduanas francés resultó herido grave mientras perseguía en moto un vehículo que huía de un control policial en la localidad de Astaffort (suroeste).

El conductor del automóvil -que fuentes de la lucha antiterrorista identificaron entonces como Eusebio Arzallus Tapia, Paticorto- disparó contra los agentes y logró escapar.

Además de estos tiroteos, ETA ha cometido al menos dos atentados en Francia contra ciudadanos españoles, el último de ellos el 1 de diciembre de 2007 en la localidad gala de Capbreton (suroeste), en la que fueron asesinados los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, que participaban en labores de seguimiento a la banda terrorista.

Pero los primeros asesinatos de la banda en territorio francés habían tenido lugar el 24 de marzo de 1973, cuando los jóvenes José Humberto Fouz Escudero, Jorge Juan García Carneiro y Fernando Quiroga Veiga, que habían cruzado la frontera para ver una película entonces prohibida en España fueron supuestamente confundidos con policías. Sus cadáveres nunca han aparecido.