Una fuente de la cancillería dijo hoy a Efe que la reunión de un día comenzará por la mañana.
El director General de Refugiados de la cancillería ecuatoriana, Alfredo Morales, aseguró que el objetivo del encuentro es "buscar soluciones para la problemática social, económica y humanitaria de los refugiados colombianos en Ecuador, tanto los reconocidos, como los solicitantes de refugio".
Según un comunicado de la Presidencia, Morales saludó la decisión del Gobierno colombiano de reconocer que es necesaria la corresponsabilidad en ese tema, no sólo en materia económica, sino también, en control fronterizo y migratorio, así como en políticas que fomenten el empleo de colombianos que se encuentran en calidad de refugiados en territorio ecuatoriano.
Ecuador es el país con el mayor número de refugiados reconocidos en América Latina, cifra que llega a 54.000, de los cuales, 53.000 son colombianos, es decir, el 98%, indica la Presidencia en su web.
Morales dio a conocer además, que el Gobierno ecuatoriano ha gastado alrededor de 40 millones de dólares en la atención a los colombianos en calidad de refugiados.
Se prevé que en el encuentro de mañana también participen representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La reunión es producto de la reciente entrevista entre los cancilleres de ambos países en Ipiales, en la que acordaron crear un comité para abordar el asunto de los refugiados.
Aunque difiere de las cifras citadas por la Presidencia, Acnur apunta que actualmente hay unos 55.000 refugiados colombianos reconocidos oficialmente en Ecuador, pero el número de personas "con necesidad de protección internacional" es en realidad de unas 135.000.
Ecuador y Colombia avanzan en su proceso de restauración de las relaciones diplomáticas rotas en 2008.
Ecuador interrumpió las relaciones después de un ataque sin previo aviso del Ejército colombiano el 1 de marzo de 2008 a un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) instalado en la zona ecuatoriana de Angostura.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, consideró dicho ataque una violación a la soberanía y rompió las relaciones diplomáticas, que están en proceso de restablecimiento total.
Hasta el momento se ha llegado hasta la designación de encargados de negocios, el cargo de "número dos" de las embajadas.